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Cuando eres un ser con miles de años de existencia ya nada puede impresionante, Gabriel estuvo ahí cuando las galaxias fueron creadas, estuvo allí en la guerra que dividió a lo que los humanos llaman el bien contra el mal, fue ganador de aquella batalla y ha visto la evolución de la humanidad, presenció la llegada del hijo de Dios, cuando lo has visto todo ya nada te puede impresionar.
A diferencia de Aziraphale que siempre parecía maravillado por las cosas humanas, el arcángel nunca entenderá aquel gusto, si los trajes que diseñan son increíbles pero nada más, la comida, no le agrada comer, el arte tal como es subjetivo y nada le impresiona.
No hasta encontrar la obra de arte perfecta.
Es consiente de todo el arte que le han hecho, pero poco se había acercado a su belleza. Una parte de él se sentía decepcionado por eso, es que los humanos no podían apreciar y referenciar de manera perfecta al arcángel Gabriel.
Pero, después de años de búsqueda por fin llegó el momento de encontrar una digna representación suya.
Una estatua que no solo mostraba la belleza de su rostro, al igual la perfección de todo su ser. Una digna representación.
Hasta que un día por fin encontró la obra de arte que le hace justicia.
Sin embargo por mucho que estuviera orgulloso de esta estatua se dio cuenta de algo... no había nadie con quien compartir esta experiencia. Nadie entendería lo mucho que le importa y no apreciarán está obra de arte como él lo hace, nadie podría estar estar horas parado en ese lugar solo para verla junto con él, entonces Gabriel se dio cuenta de algo que estuvo ignorando durante todo este tiempo, descubrió que está completamente solo.
Así que venir a este lugar admirar su estatua no es solo para complacer se viéndose, también es para intentar llenar un vacío que tiene cada vez que recuerda lo solo que está en este universo.
O eso fue lo que pensó.
Encontrando una conexión extraña peor maravillosa con el ser que menos pensó.
—¿Tienes algo de tiempo?– después de un tiempo saliendo por trabajo y muchos esfuerzos por parte del arcángel para invitarle a salir decidió hacer esa llamada.
—Sabes que en el infierno siempre estamos ocupados de trabajo – responde Beelzebub en la otra línea, Gabriel se sintió decepcionado por escuchar eso, pero le entiende, ya había acordado ya no reunirse más ya que el trabajo estaba solucionado, tiene sentido que Beelzebub ya no quiera salir con él –pero, soy el jefe aquí así que puedo darme el tiempo libre que quiera. ¿Qué tienes en mente?
—Quiero llevarte a un cementerio.
—Te veo en un rato.
Entonces ambos colgaron la llamada para salir de inmediato a reencontrarse.
Gabriel está emocionado por su reunión con Beelzebub, por primera vez le podría mostrar su cosa favorita. Duda mucho que Beelzebub le aprecie tanto como él lo hace, entonces porque llevar alguien como Beelzebub es algo que no entiende y cuando llegaron al lugar no tardaron mucho en irse. Cosa que Gabriel acepto sin problema.
Si cualquiera le pidiera irse de allí para ir a un pub le habría ignorado y seguiría admirando se a su mismo. Pero Beelzebub tiene algo que Gabriel no sabe explicar que le atrae mucho y le parece maravilloso a pesar de ser todo lo contrario a lo que el considera bueno. Provocando que no pueda apartar la mirada del señor de las moscas.
Entonces entendió que hay más cosas o mejor dicho hay alguien que merece su admiración.
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