13 Ascenso

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El señor Fell no ha sido visto desde hace mucho. 

Más o menos desde la reunión de vecinos que el mismo organizo y se hizo en su biblioteca. Parecía tan emocionado por la reunión, pero nadie se explica dónde se ha ido, sobre todo porque él no deja su amada biblioteca por mucho tiempo tampoco han visto a su amigo de gafas oscuras. La única persona que está en la biblioteca es ese inspector de traje extraño que por alguna extraña razón es quien cuida la biblioteca.

Fue el señor Brown que no soporto más la curiosidad y se excuso para hablar con Muriel de cuando regresaría el señor Fell para al siguiente reunión de vecinos.

Sin embargo, la respuesta que recibió no es para nada lo que le hubiera gustado escuchar.

—Oh, el señor Fell ya no volverá, se ha ido al cielo.

Si Muriel comprendiera mejor a los humanos sabría que decirle a un humano que alguien se ha ido al cielo no significa lo mismo a lo que Muriel inocentemente se refiere de manera literal.

—Al... ¿Cielo?–el señor Brown prefería creer que escuchó mal.

—Si, al cielo, ya sabe cuando uno asciende del mundo humano para ir al reino de los cielos porque–señor interrumpió la explicación de Muriel todavía desconcertado por la noticia–. Pero, ¿Cuando? Si en la reunión de vecinos fue hace poco y él se miraba tan sano y bien, incluso fue quien organizo toda la reunión.

—Fue después de la reunión.

—¿Después de la reunión?

—Si, al día siguiente.

—¿En serio? ¿¡Por qué no sé me notificó de está noticia tan trágica?

—Porque no había preguntado, además no es un suceso trágico, estar en el cielo es una bendición... aunque al señor Crowley  no le gusto mucho la noticia. 

—¿El pelirrojo de las gafas oscuras?

—Si, el demo- señor Crowley, no lo tomo nada bien, se le rompió el corazón por su partida, pero no entiendo cómo un corazón se puede romper.

—Comprensible, ellos eran demasiado unidos, como una pareja casada es lo que siempre parecieron.

—Eso explica porque el Señor Fell quería que el señor Crowley lo acompañará al cielo, pero se negó.

—Vaya eso suena demasiado... dramático. Como un romance trágico al estilo Romeo y Julieta.

—¿Y esos quienes son?

—... No importa, es una tragedia lo que pasó, lamento mucho tu perdida

—Ah, si ...¿gracias?

El señor Brown le mira extrañado por la respuesta del más joven, pero no iba a juzgar le en ese momento, cada quien toma el duelo a su manera. Sin más que decir salió de aquella librería.


Aziraphale y Crowley caminaron por las calles de Soho junto con Muriel quién iba unos pasos detrás de ellos al no poder caminar tan rápido como los otros dos. Después de tantas complicaciones las cosas se habían resuelto y ahora Aziraphale podría volver a su amada librería junto con su amado Crowley... y Muriel.

Tanto el ángel como demonio estaban tan concentrados en volver a su hogar que no sé percataron de las miradas extrañas que varios de los comerciantes les daban, como si hubieran visto un fantasma, porque eso es lo que ellos creían.

Antes de cruzar la calle para por fin entrar a su destino se encontraron de frente con alguien conocido.

—Oh señor Brown, cuanto tiempo.

La cara del pobre hombre se volvió pálida en un segundo, antes de preguntar que le pasa el hombre se desmaya allí mismo.

—¡¿Qué el ocurre?!–dice Aziraphale un confundido y un poco preocupado por el otro hombre.

—Oh, creo que está sorprendido de que regresarás del cielo–responde inocentemente Muriel.



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† A nightingale sang in berkeley square †Fictober 2023 Good Omens †Donde viven las historias. Descúbrelo ahora