Pecado y Expiación: ...Idiota Ratón

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"No perdones, por qué antes de que lo supieras, ellos jamás sintieron culpa"

Esa frase la escuché infinidad de veces, y también la dije otras más...

Pero solo hasta que te sucede encuentras el sentido y entiendes el peso enorme que hay en ellas.

Esas pocas palabras son increíblemente poderosas, y dependiendo del lado en que te encuentras pueden liberarte o condenarte...

Y yo... Yo merecía el infierno.




 Yo merecía el infierno

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...Su mejor amigo...

Eso llamó mi atención... Eso y sus lindos ojos claros. En cuanto lo ví pude notar que era el tipo de chico que definitivamente habría llamado mi atención sin duda alguna... Si no hubiera conocido yá al más perfecto chico sobre la tierra.

¿Charlar con él? No le veía el caso, con quien deseaba hablar y a quien deseaba ver era a Deku...

Cerré inconscientemente los puños sintiendo el dolor por lo apretado de la venda que los cubría y por un momento recordé la furia ciega que me había invadido cuando entendí lo que el hijo de perra de Eijiro había hecho...

En el momento en que habló me dejé llevar por ella y reaccioné hasta que tres guardias me sacaron arrastrando de la habitación donde lo último que ví fue a Eijiro tirado en el suelo apenas recargado contra la pared, con el rostro cubierto de sangre...

Pero eso solo fue el principio, los gritos y reclamos que venian de todas partes se volvieron ruido de fondo mientras trataba de pensar en una manera de encontrarlo y verlo cuánto antes. Recordé que habían dicho que las víctimas estaban bien, la policía los había rescatado y no había sido necesario trasladarlos a un hospital, eso calmó un poco mi desesperación, pero la sola idea de que esos mal nacidos le hubieran puesto un dedo encima me hacía sentir enfermo y desear tenerlos a mi alcance para hacerlos pedazos con mis manos.

Me arrojaron a algún lugar mientras gritaban cosas sin sentido a las que no presté atención y me quedé ahí no se cuánto tiempo intentando encontrar la forma de saber en dónde estaba.

Hundí el rostro entre las manos recordando las palabras de Eijiro y me recargue en la mesa frente a mi tratando de entender en que puto momento se había convertido en ese maldito hijo de puta. Pero corté mis pensamientos de golpe, ya no gastaría un solo segundo en él, ya no más, a partir de este momento se había convertido en un maldito desconocido para mí y preferí ocuparme en lo importante.

La voz, o más bien, los gritos de Inasa y el dolor en los nudillos me hicieron reaccionar levantando la mirada, dándome cuenta de que había estado como en trance perdido en mis pensamientos. Miré a todos lados de la habitación mientras el estúpido mastodonte me gritaba a todo pulmón y Shoto vendaba mi mano con el semblante más serio que le había visto... Si es que eso era posible.

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