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La cita había salido bien.

A pesar de que Jeongguk se había opuesto, le había tocado ser el acompañante de Hoseok, ¿o Namjoon? Bueno, eso termino dependiendo de con quién estaba coqueteando Jin, y algo que terminó sorprendiendo al menor fue cómo los dos chicos ni se inmutaron con el interés de su amigo, ambos encantados con la idea y siguiéndole el juego.

Todo terminó con exceso de alcohol, al menos para el resto de los chicos. El menor de todos se dedicó a beber un par de bebidas endulzadas que escondían el sabor a alcohol, apenas y le había hecho cosquillas en el cuerpo, pero supuso que alguien debía cuidar del resto y asegurarse de que llegaran a casa, y tampoco quería arriesgarse a terminar borracho y contestar los mensajes de Yoongi, o peor, llamarlo.

Pero a pesar de mantenerse sobrio, no necesito ayuda. El grupo de amigos llamó a un conocido que los había recogido y llevado a sus casas uno por uno, Jeongguk ni siquiera lo cuestionó, tal vez era alguien en quien confiaban cuando estaban pasados de copas, algún servicio de taxi exclusivo o eran clientes frecuentes de algún conductor en Uber, lo importante era que habían llegado a casa sanos y salvos.

Había sido una noche divertida, a pesar de que Jeongguk les había aclarado que no estaba abierto a tener una cita, sus amigos se encargaron de que se la pasara bien. Había bailado bastante, el cuerpo le pesaba pero era un sentimiento que le agradaba, al menos había salido de su rutina habitual y ¡oh! Taehyung no mentía, Hoseok sabía bailar muy, muy bien. Tal vez en algún punto de la noche las mejillas de Jeongguk se habían encendido al sentir las caderas del mayor contra las suyas, pero no lo mencionó.

Fue el último en llegar a casa, ni siquiera le había dado la dirección al conductor, simplemente pidió que lo dejara a unas cuadras de su departamento y camino de regreso.

El helado de la noche le sentó bien. Necesitaba pensar, aclarar el lío de pensamientos en su cabeza que tenían nombre y apellido.

Min Yoongi.

Min Yoongi quien le había puesto el mundo de cabeza. Le había ayudado a explorar lugares que nunca imaginó presenciar, le enseñó cosas nuevas, disfrutando su compañía en el camino y tontamente entregándole su corazón en el trayecto. Jeongguk no había esperado que aquello pasara, si, pensaba que su jefe era atractivo y tal vez lo vio como alguien para pasar el rato, pero entre más tiempo pasaban juntos, el corazón de Jeongguk se llenaba del mayor, y no sólo su corazón, sino su mente también.

No podía dejar de pensar en Yoongi, en su voz, sus ojos, su inteligencia, su risa. No podía dejar de pensar en él y sabía que estaba en problemas, porque Taehyung no estaba de acuerdo con los sentimientos de Jeongguk, pero poco había que hacer para deshacerse de ellos, no cuando su corazón se estrelló un poco ante la simple idea de que Yoongi pensara que solo lo buscaba por su dinero. Pero Jeongguk lo buscaba para compartir café juntos, llevarlo a conocer a su Halmeoni, comer ramen en la tienda de conveniencia, a tomar el sol al parque mas cercano, para simplemente coexistir.

Min Yoongi que lo esperaba en la puerta de entrada a su apartamento.

¿Min Yoongi estaba dónde?

"Me dijeron que te habían dejado en casa hace media hora, ¿dónde estabas?" Le escucho preguntar.

Ni siquiera se preguntó como lo habían dejado entrar al edificio.

Lo primero que Jeongguk hizo fue escanear la figura del otro. Vestía casual, pants y suéter grises a juego con una chaqueta de cuero negra por encima, con básicos tenis blancos. El cabello le caía con libertad a los costados del rostro y la respiración de Jeongguk casi se detuvo. No podía acostumbrarse a la belleza del otro.

Talla S. (Yoonkook/Kookgi Social Media AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora