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Decir que Jeongguk estaba en shock no hacía justicia a la sorpresa reflejada en sus facciones. Sus bonitos ojos avellana estaban abiertos a la par de sus labios e incluso había palidecido, Yoongi tenía una de sus manos en su espalda baja, mientras con la otra le ofrecía las llaves.

"Jeonggukie, ¿le pusiste atención a hyung?" Y la respuesta tardo en venir, el otro demasiado ocupado luchando consigo mismo para formar una oración coherente.

"Hyung, yo- Ah, hyung no- Hyung." Y una sonrisa cubrió los labios del mayor, demasiado entretenido con la escena. "No se- No, yo-"

"No tienes nada que decir, solo tienes que aceptarlo."

"Pero- Pero no puedo. No es- Dios, hyung. ¿Qué fue- Qué fue lo que dijiste?" Preguntó tartamudeando.

"Que este carro es tuyo, Jeongguk." Y frente a ellos se encontraba un reluciente auto Mercedes AMG de última generación, con muchos datos interesantes y con un motor potente, Yoongi lo había olvidado, solo se había asegurado de un detalle, que fuera blanco. "¿Te gusta?"

"No es-"

"¿No?" Yoongi lo interrumpió, su ceño ya se había fruncido. "¿Es el color? Mencionaste que te gustaba el blanco pero, si quieres otro podemos solucionarlo, incluso si el modelo no es el que-"

"Yoongi." El menor lo interrumpió esta vez. "¿Estás loco? Perdiste la cabeza, Dios, en verdad lo hiciste."

"No tienes idea." Respondió sin importancia, dando un empujón al cuerpo del otro, animándolo a acercarse al coche. "¿Quieres salir a presumirlo?"

"¿Salir a presumirlo?" Preguntó exaltado, negándose a avanzar y parando de golpe sus pasos, golpeando su espalda contra el pecho del mayor. "Hyung, no puedo- No es- Yoongi no. No voy a salir a presumirlo."

"Si es el modelo de verdad podemos cambiarlo, no es problema."

"¿No es problema?" Repitió. "Que estés intentando darme un coche es el problema."

"Ya habíamos hablado de esto, Jeongguk." Le recordó con un suspiro. Claro que Yoongi entendía la inseguridad que los regalos le daban a Jeongguk pero esta vez tenía una razón detrás del por qué lo había hecho y era justificable, o eso pensaba.

"No." Insistió, negándose a tomar las llaves que el otro intentaba poner en sus manos.

"No hagas enfadar a hyung." Le advirtió.

"Hyung es un imbecil si piensa que lo voy a aceptar."

"¿Disculpa?" Preguntó ofendido, lo había tomado por sorpresa. "¿Un imbecil por darle un regalo a mi novio?"

"¡A tu novio!" Le repitió con histeria. "No a tu prometido, tu esposo, Dios, esto es como un regalo de bodas, ¿en qué estabas pensando? Te pedi ramen."

"Te traje ramen." Dijo obvio.

"Esto no parece ramen, créeme."

"Mira la cajuela." Le pidió, animandolo con empujoncitos en dirección al coche y logrando su cometido, a pesar de que Jeongguk actuara como si el auto le diera repulsión, poniendo el cuerpo rígido y negándose a acercarse, pero claramente Yoongi era estúpidamente más fuerte que el, era imposible tan siquiera resistirse pero eso no significaba que no podía intentarlo. "¿Ves?" Y la respuesta del otro realmente comenzó a desesperar al mayor.

"Ay no." Exclamó, llevándose las manos al cabello en cuanto vio las cajas de ramen instantáneo llenar la cajuela del coche. "Dios, en verdad estás demente. Yoongi, ¿alguna vez en tu vida has pensado lo qué haces?"

"Pensaba que te haría feliz." Murmuró.

"Hyung- No. Con esto no. Me hace feliz tomarte de la mano, ¿te das cuenta de la situación? Si querías darme un regalo por ser novios me hubieras dicho que te ibas a quedar en mi casa un par de noches no- No esto." Le aclaró. "No puedo aceptarlo."

"Está a tu nombre." Y antes de que el otro protestara, el mayor volvió a hablar. "No hay devoluciones, ni ventas, subastas o donaciones. Es tuyo."

"¿Por que me darías un auto?" Se quejó.

"Porque no quiero saber que Mingyu vino a tu casa a las tres de la mañana porque olvidaste tu chaqueta en su auto." Confesó irritado.

Y las facciones del menor tomaron vida por primera vez en ese rato que llevaban juntos. Sus mejillas se habían encendido de un adorable color carmesí y sus labios luchaban con no ensancharse en una sonrisa burlona, fallando en el intento, por lo cual intentó cubrir sus risitas con sus manos. 

"Dime que no acabas de darme un auto porque estas celoso." Y definitivamente Yoongi se estaba enfadando.

"De verdad no quieres hacerme enojar, Jeongguk." Y el mencionado no tardo en soltar una risita.

"Oh por Dios. Estas celoso." Se burló. "Y demente."

"Jeongguk." Le advirtió en cuanto el otro rompió en carcajadas, haciéndolo rodar los ojos.

Absurdo.

¿Estaba burlándose de él? Nunca nadie se había reído de él en su cara y mucho menos después de darle un regalo, realmente no estaba disfrutándolo.

"Hyungie..." Lo llamo entre risitas, dándose la vuelta y encarándolo. "¿De verdad estas celoso?" Le preguntó, rodeándolo con los brazos a la altura del cuello con una sonrisa en el rostro que estaba irritando al mayor. "Oh mi pobre hyungie, mi tonto, tonto novio, ¿ah?" Murmuro sobre sus labios. "¿Quieres saber un secreto?" Le preguntó y ni siquiera lo dejo responder. "No se manejar, hyung."

Y definitivamente Yoongi era un imbecil.

"¿Qué?" Otra serie de risitas lleno sus oídos.

"Si querías asegurarte de que no me vuelva a subir al auto de Mingyu, entonces simplemente me hubieras llevado tú al campo." Le sugirió y Yoongi rodo los ojos.

"No vas a volver al campo."

"Claro que si, tengo que ir a pasar el tiempo." Se negó.

"Estabas ahí porque yo estaba lejos, y ahora estoy aquí. No tienes por qué regresar."

"Me invitaron a ir mientras abres la boutique de nuevo." Le aclaró. "Incluso me dijeron que si empiezo a tomar cursos pueden tomarlo como mi servicio militar."

"¿Vas a preferir ir al campo que estar conmigo?" Le pregunto, alzando una ceja y rodeándolo por la cintura, cambiando el ambiente en un pestañear.

Jeongguk era tan fácil de manipular, con un par de caricias en el lugar indicado y ponía esa mirada dócil, ojos grandes y expectantes, con las mejillas pintadas de un adorable color rosado, listo para recibir lo que el otro le ofreciera. Yoongi no tardo en apartar los mechones rebeldes de cabello que caían por su rostro, dedicándose un par de minutos a escanearlo. Había pequeños cambios desde la última vez que lo había visto hace dos meses, tenía el cabello ligeramente más largo y músculos en lugares que no recordaba haber sentido, sabía que se ejercitaba, pero según sus palabras, el gimnasio era costoso así que solo hacía un par de sentadillas, abdominales, ejercicios que podía realizar en casa sin problema así que probablemente se debían a su tiempo en el campo.

"Pero..." Murmuró. "Hyung debe trabajar, ¿no? Puedo ir cuando no esté en casa..."

"Tal vez hyung iba a tomarse vacaciones, ¿mmh?" Y aquellos preciosos ojos no tardaron en iluminarse."

"¿De verdad?" Preguntó con emoción, luchando contra sus propios labios para que estos no se ensancharan en una sonrisa. "Te juro que si estás mintiendo-"

"¿Eso quieres?" Lo interrumpió y Jeongguk asintió. "Entonces le daré a mi bebé lo que quiera." Susurró sobre sus labios antes de atraparlos en un beso.

Y tal vez Yoongi tenía los pensamientos hechos un lío, con un malestar en el fondo del estómago y una vocecita en la cabeza reclamándole por lo que estaba haciendo, pero en el centro de su pecho florecía un nuevo sentimiento, algo indescriptible, que nunca antes había sentido pero que lo hacía actuar descabellado, queriendo, pidiendo y necesitando más de Jeongguk, tanto como para hacer a un lado su trabajo.

Definitivamente debía andar con cuidado antes de caer en un pozo sin salida.

Talla S. (Yoonkook/Kookgi Social Media AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora