"Tae hyung está en camino."
"¿Ya aterrizó?" El mayor le preguntó, en ningún momento parando las caricias que dejaba en su cabello.
Jeongguk estaba recostado sobre el pecho de mayor en el sofá, habían tenido un día agotador, Yoongi le había hecho el desayuno y lo había llevado a comer a un restaurante de comida francesa que lo habían dejado delirando con la exquisitez de sus platillos, ni siquiera había aceptado el postre que su hyung le ofreció y simplemente pidió que se acurrucaran juntos.
Yoongi había pasando los últimos días en su propio departamento y Jeongguk realmente había desarrollado un tipo de dependencia hacia el otro, tal vez había sido a causa de los abruptos lapsos prolongados de tiempo que habían pasado separados después de pasar tanto tiempo juntos en rutina o simplemente Yoongi tenía razón y lo había malcriado tanto al punto de tener la necesidad de estar entre los brazos de su hyung todo el tiempo, pero Jeongguk no lo iba a aceptar y se quedaría con la primera opción.
Su relación iba bien. Realmente bien, a veces Jeongguk se preguntaba cuál era el truco, ¿qué iba a pasar después? O tal vez era su compensación por todo lo que habían pasado juntos en tan poco tiempo, los altos y los bajos, las discusiones y malentendidos, tal vez esa era la manera que tenía el universo de pagarle por haber sobrellevado todo.
Claro que Jeongguk seguía acostumbrándose a las descabelladas sorpresas y regalos que su hyung le daba de vez en cuando pero estaba aprendiendo a aceptarlos porque esa era la manera de Yoongi de mostrar interés.
Llevaba días sin saber de Mingyu, sabía que tenía un par de llamadas perdidas y mensajes sin responder de parte de su amigo pero Yoongi siempre terminaba distrayéndolo justo en el momento exacto en que intentaba responder sus mensajes, como si el otro supiera cuando su amigo lo contactaba, lo cual era una idea absurda pero cumplía su objetivo, Jeongguk no había vuelto a comunicarse con su amigo del campo militar.
Pero no podía decir lo mismo de Taehyung.
Si, había ignorado sus llamadas y mensajes de texto, y esta vez no había sido Yoongi escabulléndose entre sus brazos y robándole el aire con un beso, Jeongguk había optado por ignorar a su amigo. ¿Por resentimiento tal vez? Por dolor, tristeza, decepción y eran emociones validas que se incrustaban en su pancita cada que veía el nombre de su contacto iluminar su pantalla, dejándole un mal sabor de boca.
No lo odiaba, era imposible que Jeongguk odiara a Taehyung pero estaba aterrado, lo cual era absurdo pero tenía sentido para el. Era su mejor amigo, alguien que consideraba su familia, casi su hermano y decepcionarlo era una de las cosas que más le daban miedo en el mundo. De ninguna manera quería darle algún tipo de razón al otro como para que el solo pensamiento de abandonarlo le cruzara por la cabeza, pero sus acciones no lo estaban ayudando, Jeongguk no se estaba esforzando y hasta parecía que era el quien quería sacar a Taehyung de su vida, pero estaba asustado.
No quería perder a su mejor amigo por un mal entendido, ni mucho menos a su novio como daño colateral.
"¿Lo sabías?" Le preguntó. "Que venía de vuelta."
"Claro." Respondió con un toque burlón en la voz. "Soy su jefe, le conseguí su vuelo." Y las mejillas del menor se encendieron ante la obviedad de sus palabras.
"Cierto..." Susurró. "Me refiero... ¿por eso tuvimos esa plática anoche?"
"Mmh..." El mayor murmuró. "Es cierto que se lo importante que eres para Taehyung, se la pasaba hablando de ti incluso antes de que te recomendara para el trabajo en la boutique, hablaba de lo mucho que te apreciaba y el cómo quería asegurarse de que siempre estuvieras bien." Aclaró. "Solo está intentando protegerte y lo entiendo, le agradezco por eso. Pero verte decaído por un mal entendido, uno que puede aclararse, no vale la pena."
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Talla S. (Yoonkook/Kookgi Social Media AU)
FanfictionDónde Jeongguk empieza su nuevo trabajo el lunes y no puede contener la emoción. ¿O era nueva vida?