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Tenía las manos sudorosas y su corazón latía al mil por hora, pero podía hacerlo, estaba seguro.

¿Era su primer trabajo? No. Pero las cosas nuevas siempre daban miedo.

Apenas y había llegado a tiempo, Jin lo había intentado retrasar para hacerlo llegar tarde a propósito o incluso con la intención de que no se presentara pero Jeongguk necesitaba el trabajo. Se estaba quedando sin ahorros.

Haber dejado la universidad no había sido su idea más brillante pero era algo que necesitaba para encontrarse a sí mismo. Tenía el privilegio de contar con el apoyo de sus padres pero ese apoyo no se extendía hasta sus estudios. Ambos eran abogados e incluso habían forzado a su hermano a serlo también, pero las cosas para Jeongguk se tornaron pesadas después de tres años obligándose a no ser feliz.

Habían sido los peores tres años de su vida y cuando tomó la decisión de valerse por si mismo, sus padres cortaron el apoyo monetario que le daban mensualmente.

Su idea no había sido dejar la escuela por completo, claro que no. Tenía calificaciones perfectas y no se metía en problemas, pero sus padres no quisieron apoyarlo en otra especialidad, dejándole en claro que el apellido Jeon no se mancharía con un intento de artista.

Había dolido. Tal vez se pasó días llorando, incluso semanas, pero Jin siempre estuvo ahí para el. La familia Kim lo había recibido con los brazos abiertos, al final de cuentas no era un extraño, llevaba años conociendo a su hijo e incluso sus padres eran amigos, socios colaboradores en la misma empresa, pero ellos eran más liberales y su único hijo no necesito de amenazas para que terminara estudiando lo mismo que su padre, Seokjin siempre lo había admirado y quería ser como él, y así fue, hasta que tuvo que cumplir con su servicio militar obligatorio y terminó en un tipo de culto de adoración a la seguridad donde juro proteger a todos. Probablemente solo era una faceta, como decía su mamá.

Y por eso mismo se encontraba con la respiración acelerada en ese momento.

Necesitaba un trabajo, no podía seguir dependiendo de la ayuda de su hermano, quien estaba próximo a casarse y ni hablar de sus padres, probablemente había olvidado su existencia.

Había trabajado en una cafetería, en un supermercado, en un banco e incluso en un bar, pero Jeongguk era alguien con energía acumulada, necesitaba sacar todo lo que tenía dentro cambiando de ambiente, anhelaba la euforia que sentía al aprender cosas nuevas, manteniendo su mente ocupada con nueva información y esforzándose por ser el empleado del mes.

Había pasado un mes desde la última vez que renunció a un trabajo, excusándose con una oferta de trabajo que le habían dado con un mejor sueldo, ¿mintió? Claro, por eso no dudo ni un momento en cuanto Taehyung le había contado que uno de sus amigos había abierto una nueva tienda de ropa que estaba en busca de personal. Eso era nuevo, nunca había trabajado de eso.

"Jeongguk, ¿cierto?" Le preguntó el chico del otro lado del mostrador en cuanto se adentró a la tienda, comenzando oficialmente su primer día de trabajo.

"Si..." Respondió casi en un susurro, pero para su suerte el otro chico lo escucho, pues no tardo en sonreír ampliamente al escucharlo.

"Soy Jimin, tu compañero." Se presentó, rodeando el mostrador para quedar frente a frente. "¿Ya te dieron un tour por la tienda?"

"No, es mi primer día..." Le aclaró.

"¡Perfecto!" Exclamó con emoción, entrelazando sus brazos entre sí para encaminarlo a la parte trasera de la tienda. "No sabes lo feliz que me hace ver una cara nueva."

Al final resultó que Jimin era una persona increíble, tal cual Taehyung le había dicho.

Le había dado un tour por todo el lugar, le enseñó dónde estaba la pequeña salita de descanso, donde podía ir a comer e incluso donde podía dormir un rato sin que nadie se diera cuenta porque ahí no había cámaras, lo cual resultaba en un robo de almuerzos que lo ponían de muy, muy mal humor, y era gracioso si se ponía a pensarlo, porque contándose a sí mismo, solo había cuatro trabajadores en la tienda en total.

¡Oh! Y también le había mostrado la única salida al callejón donde se descargaba la mercancía nueva, donde según en palabras de Jimin, podía ir a fumar los vapes que le compraba a Taehyung.

"¿De verdad conociste a Taehyung comprándole un vape?" Jimin le preguntó mientras se paseaban por el último pasillo del fondo de la tienda.

Jeongguk soltó una risita.

"Un vape de sandia." Jimin arrugó la nariz. "¡Era mi primera vez comprando uno!" Se defendió, haciendo reír al otro. "Pero sí, lo conocí comprándole un vape. Uno de mis compañeros de mi trabajo anterior me lo presentó, ellos no eran amigos pero bueno." Jeongguk se encogió de hombros como si fuera obvio. "Yo no tenía ni idea de lo que estaba haciendo pero me daba curiosidad y terminé mensajeándome con el más de lo que debí y un día me lo encontré cuando hacía una entrega y lo invité a comer y creo que fui yo el que lo obligó a ser mi amigo..." Terminó murmurando, con un ligero tinte rojizo en sus mejillas. Jimin volvió a soltar una risita.

"Si... Suena literalmente increíble pero Tae es una buena persona." Jeongguk asintió. "Solo necesita tiempo para abrirse."

"¡Lo sé!" Exclamó. "Le tomó seis meses decirme su nombre real."

"Vante." Jimin le recordó el sobrenombre de su amigo.

"Creí que ese era su nombre, hasta que un día vino a mi casa y me dijo: "Jeonggukie, tengo que ser sincero contigo, eres una buena persona, así que debes saber que no me llamo Vante, me llamo Taehyung." Intentó imitar su voz, arrebatándole un par de carcajadas al otro chico. "¡Creí que era extranjero!"

"Debe confiar en ti para que te haya dicho su nombre real y te haya recomendado aquí."

"Me esfuerzo en ser un buen amigo." Presumió con orgullo, una sonrisa posándose en sus labios.

"Eres una buena persona, entonces." Lo halagó, provocando un sentimiento de pertenencia en la pancita de Jeongguk. "Y como toda buena persona, debes seguir las reglas."

"Claro, no me robare tu almuerzo." Bromeó, haciendo sonreír al otro.

"Esto es algo más serio." Dijo, deteniendo su andar y apuntando la puerta frente a ellos con ambas manos. "La puerta roja."

Y era eso, una puerta roja.

El ceño de Jeongguk se frunció y su cabeza se ladeó en confusión.

"Está prohibido entrar aquí. Solo Namjoon puede hacerlo."

"Mhm." Murmuro asintiendo. "Taehyung mencionó a Namjoon, no me dijo que resguardaba... ¿la puerta roja?" Jimin rio.

"Namjoon es el encargado del almacén, le molesta mucho el desorden y tiene una obsesión con que el inventario sea perfecto, así que no lo molestamos." Explicó. "El se encarga de que no falte mercancía y nosotros nos sentamos al frente y nos pagan por ser bonitos." Una risita salió de los labios de Jeongguk.

"Esa es mi parte favorita."

Podía dormir en la sala de descanso. No debía robarse el lonche de sus compañeros. No debía entrometerse con la puerta roja. Y solo debí lucir bien. Fácil.

Era el mejor trabajo del mundo.

Talla S. (Yoonkook/Kookgi Social Media AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora