Possessive love| Jenlisa

Capítulo 20

Narración de Lisa.

— ¿Qué te dije, Momo?—suspiró y la miró.

— Sí, hice mal. ¡Lo lamento! ¿¡Okey!?

— No grites, ¿Quién está discutiendo aquí?

—  Yo sólo quería ver, como era tú  "Obsesión "

Lisa volteó los ojos y sonrió.

— Papá se pondrá rabioso cómo sepa qué volviste a Seúl.

— Te lo ruego, no se lo digas. Te ayudaré fingiendo qué somos novias, ¿sí?

— Eso es lo complicado, Hirai Momo.

— ¿Por qué?—se sentó en la cama.

— ¡Jisoo sabe qué somos hermanas! ¿¡Cómo haremos si nos piden qué nos besemos!?

— Cálmate.

— ¡Lárgate! Diré la verdad.

— Pff, aguafiestas. —suspiró —. ¿Y si llamas a tú novia?

— Rompí con ella antes de venir.

— En primer lugar, ¿por qué rompiste con Jennie?

Negué suavemente.

— Estaba confundida, era muy joven.

— Qué relación tan tóxica...

Momo susurró pero alcancé a escuchar y frunci el ceño.

— Sal de aquí. —dije entre risas.

— ¡Bien!

Momo salió de la habitación y yo la seguí.

Escuché llantos de la habitación de Jennie y me asomé, viendo a una Jennie totalmente derrumbada llorando.

Quise entrar pero, Momo me detuvo negando.

Narración de Jennie.

Me separé de Rosé y la miré tratando de sonreír.

— Escucha, Jen.

Negué.

— Tengo hambre. —río—. ¿Hacemos ramen?

Propuse a la vez qué salía de la habitación con Rosé atrás mío siguiéndome.

Abrí el gabinete y saqué cuatro ramen para nosotras.
Abrí la nevera tomando Huevos, tocino, queso.

Coloqué una olla en la estufa y cuándo ya estuvo caliente eché los cuatro ramen, con los ingredientes.

Esperé a qué se cocinará.

Visualice a Lisa con la tal Momo hablando y riendo.

Bajé la cabeza queriendo llorar.

***

Serví en los tazones y los coloqué en la mesa.

— Eh, olvidé preguntar. ¿Ustedes comerán?—pregunté.

— No, adelante disfruten.

Traté de sonreír y asentí.

Me senté en la mesa junto a Rosé y Jisoo.

— ¡Quedó delicioso, mi bebé!

— Por supuesto, si lo preparé yo.

Ambas reímos.

— ¿Desde cuándo están saliendo?—preguntó una Jisoo sonriendo.

Yo las miré.

Ellas negaron.

— En realidad, somos hermanas... Sólo qué Momo quería conocer a Jennie, y por eso invento eso.

Sentí un alivio y sonreí.

— Uh. —asenti mientras le daba un sorbo a mi agua.

Lisa me sonrió.

— Jennie, nos acompañas? Llevaré a mi hermana hasta fuera.

Miré a Rosé y ella asintió.

— Ah, sí.

Me levanté y salimos del apartamento con un silenció muy incómodo.

Tomamos el elevador.

— No sabía que Lisa tenía hermana.

— ¿No te dijo?—negue.

— No era algo importante.

Me dio una mirada seriamente y yo opté por callarme.

Llegamos a la salida y ambas nos despedimos.

— Eres muy linda, Jennie. Esperó y vuelvan.

Sin más Momo tomó un taxi y se fue. Miré a Lisa algo nerviosa.

— ¿N-nos vamos?

Ella asintió.

Tomamos el elevador de nuevo. Cada segundo fue eterno.

— Jennie.

Volteé y antes de qué reaccionará Lisa estampillo sus labios en los míos moviéndose con deseo y lujuria, intenté apartarme pero, sostuvo mis brazos impidiendo qué me alejara.

La pisé y justamente se abrió la puerta, Dejé a Lisa quejándose del dolor y abrí rápidamente la puerta.

— ¿Ya se van?—dije respirando agitadamente.

— Sí.  ¿Por qué estás tan agitada?

Negué.

— Oh, hace mucha calor afuera.

Lisa entró mirándome de reojo y llendose a su habitación.

— ¿Pasó algo entre ustedes dos?

Volví a negar.

— ¿No se pueden quedar?—Rosé sonrió.

— No podemos.

Se despidieron y salieron dejándome totalmente sola, casi.

Todo decía algo.

Peligro.

Recogí todo de la mesa y me dispuse a lavar los platos.

— Luces muy sexy lavando los platos.—dijo una voz atrás de mi.

Me sobresalte y pegué un pequeño grito.

— Mierda, me asustaste.

— Esa boca sucia. —se fue acercándose a mi y yo fui retrocediendo.

¿Qué más podía retroceder?

— Pensaba qué ibas a cambiar.

— Sabes perfectamente qué no puedo hacerlo. Es imposible.

— No lo es.

Ella me acorraló y me quitó el delantal. Sin más me besó y yo solamente le seguí el beso.

Fue subiendo hacia mis pechos, y comenzó a dejar chupetones en mi cuello.

— Puedes ser demandanda por Violación,  ¿no?

Lisa se separo de mi.

— También estás disfrutando.

La separé de mi.

— Cuándo cambies realmente, búscame.  Pero, no esperaré para siempre.

Sin más caminé hacia mi habitación y la cerré con fuerza.