Creo que me estoy acostumbrando a escupir hojas de afeitar. Es un pequeño río que se desparrama por mis ropas. Ni se nota. Eres un domingo que se disuelve entre mis dedos. Te digo que es un día de descanso, me dices que es una carga. Todo el mundo se entristece los domingos porque nos recuerdan que el tiempo es lineal. Eres un piso de madera sobre el cual derretir mis ojos, dejando manchas en los lugares que me han dolido. Todo el mundo detesta las manchas en lo impoluto.
Eres un lunes de ansiedad que cruzo volviéndome picos. Yo soy un martes, un eterno martes. Todo el mundo sabe que los martes son días de relleno. Entonces, preparas café mientras te grito con las puntas de los dedos rojas que no te preocupes, porque ya me estoy acostumbrando a escupir navajas de afeitar.
ESTÁS LEYENDO
Señorita Florero
General FictionTadeo no quiere a Silvia, pero pronto descubrirá que no hay una manera posible de deshacerse de ella.