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No fue de inmediato. Tuvieron que pasar cinco años. Tampoco fue mi intención. Tenía la mala costumbre de transformar a todas mis amigas en amantes y eso podía tardar desde años hasta meses. Bueno, tampoco era como si tuviera amigas feas. Me acercaba a ellas porque en primera instancia me parecían atractivas. El problema con Silvia es que cuando yo estaba en una relación, ella estaba soltera y viceversa. Hubo momentos puntuales en los que coincidimos y contemplamos nuestra existencia con una botella de vino en nuestro balcón. Una vez le pregunté si quería salir conmigo y ella se rio. No se volvió a tocar el tema.

Pero una noche, ella no tuvo dónde ir y se había emborrachado hasta tambalear. Y como soy una buena persona, le abrí las puertas de mi casa en medio de carcajadas nerviosas. El aire, cargado de una electricidad extraña, pellizcaba mi nunca. Pensé que se nos pasaría al día siguiente, pero en su lugar, ella dejó raíces en mi cama.

¿Qué versión de Silvia tenía yo en la cabeza? Porque ella, independiente, no era. Tampoco estable. ¿En qué estaba pensando? Para ella todo era intenso, un pequeño dolor se convertía en el apocalipsis. Y yo me metí con ella.

Debí saberlo, como la vez en la que vimos Donnie Darko. ¡Tanta complicación por una sola película! Ella me preguntó por el mensaje y yo me encogí de hombros porque hay cosas que no son para ser entendidas sino disfrutadas. Me bombardearía exigiendo que le dijera cualquier cosa sobre la trama, o el guión, o los personajes. Necesitaba saber qué tenía que ver un conejo de dientes afilados con el fin del mundo. "No lo sé. Estaba loco. Tenía esquizofrenia, ¿recuerdas?"  Ella me colgó. Al día siguiente se disculparía conmigo y me mandaría una decena de videoensayos sobre la película que no iba a ver.

Pero sobreanalizar una película era mejor que responder a preguntas personales:

—¿Qué somos?

Personas, Silvia.

¿Cómo podría decirle que me había equivocado al acostarme con ella?

¿Cómo podría decirle que me había equivocado al acostarme con ella?

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Señorita FloreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora