Para amarte bien, necesito que me despellejes para caber en los espacios entre tus dedos.
Para amarte bien, tengo que transformar toda mi sangre en agua para que en mis brazos crezcan flores.
Para amarte bien, tengo que extirparme las branquias y torcerme la espina para quedarme quieta en el alféizar para que me dé el sol.
Pero funciona.
Funciona porque el amor es condicional.
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Señorita Florero
General FictionTadeo no quiere a Silvia, pero pronto descubrirá que no hay una manera posible de deshacerse de ella.