Para diseccionar un cuerpo, se tiene que empezar con un corte en el pecho. No tiene que ser muy profundo, con hundir el dedo pulgar sirve, el resto de piezas mal pegadas se caen por su propio peso. Me dices: ¿Eso no es estúpido? Estás entrenado para no ver los moretones en mi espalda. Niegas con la cabeza mientras barres el polvo de mis huesos. Y está bien, te digo que está bien porque no sé como explicarte que estoy me siento más yo cuando mi cuerpo me duele.
¡Qué mujer más patética me ha tocado! murmuras.
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Señorita Florero
Ficción GeneralTadeo no quiere a Silvia, pero pronto descubrirá que no hay una manera posible de deshacerse de ella.