El Rey del Inframundo

EPÍLOGO

⚠️¡Advertencia! ⚠️

Este capítulo tiene un alto nivel de contenido sexual. 

Se exploran temáticas tales como tríos (sólo con un clon de Robin, no se preocupen 🤣) y sexo anal. 

Si esta temática no es de tu agrado, por favor deja de leer cuando veas el 🔥y salta hasta la 🌼.

Gracias por su entendimiento y por llegar hasta aquí.

¡Disfruten la lectura! 

*Un año después*

—Robin, ¿estás segura de que está aquí? ¡Hemos buscado por horas! ¡Y tu estúpido novio no hace nada par ayudar!

La pelirroja se quejaba, un poco hastiada, mientras sus amiga rebuscaba entre algunas cajas y Zoro dormía, tirado en una esquina del almacén inferior del barco. La arqueóloga necesitaba algunas herramientas específicas para una investigación que estaba llevando a cabo y le había pedido ayuda a Nami para encontrarlas, ya que hacía mucho tiempo que no las usaba y desde entonces la tripulación había acumulado un montón de cosas en el lugar.

—Tranquila, ya casi revisamos todas mis cajas. Tiene que estar en alguna, así que pronto... ¡Bingo! Aquí está —dijo, victoriosa, mientras abría una caja detrás de la puerta, y revisó que estuviera todo lo necesario, ayudándose de un par de brazos para ponerla en el piso.

—¡Por fin! Te adoro, amiga, pero la próxima vez por favor deja tus herramientas en un lugar más sencillo de recordar —se tiró al suelo, dramática, y la pelinegra rió por lo bajo.

—De acuerdo —respondió, abriendo la caja que estaba debajo de la que había movido, sólo para confirmar que no necesitaría nada más. Sin embargo, al abrir las solapas, se encontró con algo que no esperaba, y notó que la caja estaba etiquetada con las palabras "Kakuri/Kora". Tomó la prenda, quedando sorprendida al ver todo lo que había allí y que por alguna razón Nami no había vendido , y fue entonces cuando se le ocurrió algo, así que puso su plan en marcha. —Zoro, amor.

—¿Mhm? —preguntó el peliverde, abriendo su ojo levemente, todavía algo soñoliento. —¿Encontraste lo que buscabas?

—Así es. ¿Podrías llevar esto por mí a la biblioteca? Y me esperas allá.

El hombre la miró sólo unos segundos, dándose cuenta de que la mujer tenía algo en mente, pero no comentó nada al respecto y se limitó a responder.

—Por supuesto.

—Te lo agradezco —respondió, con una sonrisa leve, y en cuanto el hombre estuvo lejos volvió a abrir la caja, hablándole a su amiga.

—Robin... ¿Qué se supone que fue eso? —preguntó Nami, un tanto curiosa.

—¿Hoy te toca guardia, no es verdad?

—Así es —dijo, dudosa, y se quedó mirándola, esperando por una respuesta.

—Perfecto. Porque necesitaré la habitación.

—¿Cómo? ¿No planeabas que fueran a un hotel? Quiero decir, sabes que no me molesta, pero pensaba que querías hacer algo diferente por ser su aniversario, ¿no?

—Sí, es lo que pensaba. Pero acabo de tener una idea, así que habrá un cambio de planes. Esta noche usaré esto —se giró, mostrándole la prenda a su amiga, que casi dejó caer su mandíbula al suelo, abriendo los ojos de forma amplia al ver la prenda.