🏖 ፧ veintidos • ✦⁾

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Por desgracia, los días pasaron tan rápido que ya había llegado el sábado.

Esa mañana Jay despertó sin ganas de hacer nada. Saber que al día siguiente volvería a su solitaria rutina en Seúl le desmotivaba demasiado, algo que demostró al pasar el día entero suspirando con pesadez.

Por otro lado, Jungwon estaba muy frustrado consigo mismo al no haber hecho absolutamente nada de lo que tenía planeado. Intentó confesarse múltiples veces, pero el mayor seguía quedándose pensativo desde hace unos días y no encontraba el momento ni el ambiente adecuado.

Como recuerda que le había dicho que haría unos exámenes muy importantes, supuso que Jay estaba fuera por los nervios, así que se le ocurrió una gran idea para despejar su mente, por eso lo citó por la noche en el muelle donde se vieron por primera vez.

Le pidió que llevara bañador y algo con lo que flotar, petición que confundió a Jay, pero al final obedeció sin preguntar al respecto y trajo una tabla de surf que le prestó Sunoo.

─¿A dónde me llevas? ─habló finalmente luego de un duradero silencio, pues llevaba rato sentado en la tabla con las piernas el remojo mientras dejaba que Jungwon lo empujara hacia mar adentro─. Aún no nado lo suficientemente bien como para estar en zonas tan profundas ─recordó, mas no se sentía temor a pesar del oscuro y tenebroso mar nocturno. Sabe que Jungwon nunca haría algo que pueda asustarlo, confía en él.

─Tranquilo, estaré aquí para sostenerte. Solo aguanta un poco, verás que valdrá la pena ─respondió el contrario dejando de nadar. Ya habían llegado al lugar exacto, pero se quedó mirando al agua con detenimiento.

─¿Me puedes decir ya que planeas?

Esta vez no hubo respuesta por parte de Jungwon, en su lugar se quedó un ratito jugueteando con el agua, o eso era lo que Jay creía, pues el menor le estaba dando la espalda.

─¡Ah, es la hora! ─exclamó Jungwon de la absoluta nada, haciendo que el mayor diera un brinquito del susto.

Al no comprender a qué se refería, estuvo a punto de preguntar, pero antes de siquiera abrir la boca se quedó pasmado viendo como en el fondo marino se estaban formando varios caminos brillantes de un azul neón muy fantasioso.

Obviamente, se asustó mucho. Se supone que algo así no sería posible, y por muy hermoso que fuera, no pudo evitar subir los pies por temor a que se tratara de alguna bacteria tóxica.

─¿Q-Qué es eso? ─preguntó con miedo.

Sin embargo, ver a Jungwon nadar alrededor muy alegre, dejando rastro de esa extraña luz causada por el movimiento, pensó que no debía ser algo malo si alguien como él que estaba muy feliz con ello, así que volvió a dejar los pies en el agua, viendo como el movimiento que causó en esta hizo que se iluminara por unos segundos.

─Unos pocos días del verano, el mar se ilumina gracias a unas algas luminosas muy pequeñitas movidas por la corriente marina. Desde abajo se ve más lindo, es cómo... ─Jungwon miró a todos lados en busca de una comparación adecuada hasta que finalmente señaló al cielo nocturno─. ¡Es como estar allí arriba rodeado de estrellas!

La emoción con la que lo dijo hizo que Jay riera de ternura, imaginando la escena mientras toqueteaba el agua y admiraba como salían pequeñas chispitas azules.

Su vista se desvió hacia el fondo. Ahora podía ver la arena, varias caracolas, algas y unos peces nadando, muy contrario al oscuro mar de la noche que había hace tan solo unos minutos.

─Debe ser muy lindo ─pensó en alto, a lo que Jungwon asintió con frenesí.

─Antiguamente hacíamos un festival para celebrar las pocas veces que ocurre. Había varios puestos de comida, todos llevábamos ropas tradicionales y luego nos sentábamos en las piedras a ver un gran espectáculo de medusas coloridas que se movían las algas ─explicó muy animado─. Ya no podemos hacerlo y apenas hay medusas, pero aún así quería enseñártelo ─apoyó los brazos en la tabla para quedarse más cerquita de Jay.

꒰ El Secreto de Udo ៸៸  ᴊᴀʏᴡᴏɴ ᵃᵈᵃᵖᵗ •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora