—Mmmm. —Terrence se encogió de hombros.
—¡No! —La mandíbula de Archie se desencajó—. ¿Qué te respondió?
—Qué te importa. —Terrence se giró.
—No saldrás de aquí hasta que me respondas. —Archie extendió sus brazos a lo largo de la puerta impidiéndole el paso.
Terrence se limitó a sonreír. Tras conocer mejor a Candice descubrió la maravillosa mujer que había en su interior. No le fue difícil abrir su corazón, de la misma forma en que ella lo hizo con él. Le contó sobre lo que sintió por ella desde el primer día que sus miradas se cruzaron, para su sorpresa, ella le confesó que le había pasado lo mismo, y al final de esa noche no pudo evitar saborear aquellos exquisitos labios.
El día que se vieron nuevamente, Candy le confesó su tortuoso pasado y aunque ya estaba al tanto de todo, se lo ocultó para que no se sintiera peor de lo que lo hacía.
Dos días después la acompañó al bufete del mejor abogado de New York para que se hiciera cargo de su situación legal y, según le informó el abogado a cargo, Daniel Leagan ya había recibido la demanda de anulación.
—Confórmate con saber que en dos noches estará en mi departamento para disfrutar junto a mí una cena romántica. —Terrence abrió la puerta luego de apartarlo de su camino.
—¡Desgraciado! Y me lo dices hasta ahora. —Archie golpeó su hombro.
—No sabía que nuestra sociedad implicaba mantenerte al tanto de lo que hago con mi vida privada —Terrence se burló—. Ahora, si me disculpas, debo marcharme para atender mis asuntos.
—Al parecer el amor ha obrado magia en ti, mírate, eres otro. —Archie sonrió —. Me alegro por ti, ya era hora.
—Yo que tú me daba prisa o la palomita volará hacia otro nido. —Terrence miró a su lado izquierdo en donde Annabelle Brighton sonreía luego de que Jimmy, el fotógrafo le dijera algo al oído—. No te hagas idiota, sé perfectamente que te gusta —dijo cuando lo vio encogerse de hombros fingiendo indiferencia.
—¿No te ibas ya? —Archie le mostró el camino.
—Sí, claro. Date prisa, es tu oportunidad de demostrarle de una maldita vez a tu abuelo lo equivocado que ha estado con respecto a ti.
—¡Bah! —Lo escuchó bufar—. No tengo que comprobarle nada, me tiene sin cuidado lo que piense de mí —respondió Archibald sin apartar la mirada de donde se encontraba Annie. Frunció el entrecejo al ver como aquel insolente fotógrafo se acercaba nuevamente a su oído y le susurraba algo que la hacía reír.
*****
Desde que recibió aquella maldita demanda de anulación, Daniel Leagan estuvo a punto de contratar los servicios de un detective privado para que localizara a su esposa Candice Leagan sin imaginar que ella se encontraba tan cerca suyo; cuando lo supo de labios de su hermana, su cólera aumentó al ver una serie de imágenes que la amiga de Elisa, Susana Marlowe, ex modelo de la casa Harrison, había tomado de Candy junto a su nuevo socio Terrence Granchester.
—Maldita perra voy a destruirte. No permitiré que interfieras. —Lanzó por los aires las fotografías que acababa de ver—. Sandra, comuníqueme con el señor Granchester ahora mismo. —Colgó el auricular con violencia.
—Señor. —La joven secretaria ingresó con precaución a su oficina tras muchos intentos fallidos de contactarlo a través de su celular. Al escuchar, segundos atrás, el fuerte golpe de algo estrellándose en el piso; dedujo que se trataba del teléfono de la oficina.
—¿Qué quiere?
—El señor Granchester no se encuentra en su oficina y no regresará por el resto del día.

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La Mentira
Fiksi PenggemarLa vida pueda ser injusta algunas veces, pero al final, el destino siempre te pondrá a las personas correctas, y la justicia tarde o temprano estará de tu lado. Los personajes de Candy, Candy no me pertenecen, son propiedad de sus creadoras Kioko M...