La sombra del Amante

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La oscuridad de la noche cobijaba mi adormilada figura y su hálito sereno, abochornado por algunas amenazadoras nubes, era la compañía necesaria para darle descanso a mi inquieta mente...

Hoy por la tarde, Ren Jinguji volvió a poner en jaque mi entereza, mi rectitud... mi fuerza de voluntad, y yo... yo...

Caí de rodillas ante la seducción inconmensurable de ese adónico ser. Caí rendido ante su seráfica imagen que premeditadamente ha embriagado mis sentidos y me ha llevado a adorarlo cual Dios pagano.

Caí pues fui iluso, un idiota al pensar que podía ir en contra de la irreverente decisión de mi corazón, de la inquebrantable ley de mi alma, de la necesidad mortal de mi cuerpo...

Caí pues lo ambiciono en mente y cuerpo, caí pues mi carácter ya no puedo ir en contra de esto que siento, esto que vivo... esto que sufrió, en silencio, en soledad, en la obscuridad...

Ren Jinguji, flagelas cada orden lógica que implanto en mi mente. Eres ese deseo que corrompe insulsamente el significado que lleva mi nombre. "Masato", el hombre recto, el hombre puro... ¡Ha! Una ironía... el solo verte hace que mi cuerpo arda con el más sátiro deseo. Esa fogosa intensión tuya, encarnada en tus labios, en tus ojos, en tu sonrisa provocativa... ¡Ha! Una ironía más, "el hombre puro"... mi cuerpo completo está mancillado por el pecado del placer... Yo, el temple inquebrantable ha besado de rodillas, los pies del alma enardecida que abraso la mía, el que difuminó mis sueños y enloqueció mis ideales...

¡Oh, Dios! ¡Qué es esto! ¡Qué es esta sensación de desesperación que me envuelve cada vez que el recuerdo de su rostro llega a mi mente! ¡Porqué es que no concibo pensar más allá que en la remembranza de su tacto en mi piel! ¡Por qué es que la temperatura de mi cuerpo cambia por el solo hecho de escuchar su profunda voz! ¡Por qué es que mis sueños más importante, mis deseos más imperantes han quedado en segundo plano cada vez que ese hombre acaricia mi cuerpo, hace suya mi esencia y conquista mi intimidad! ¡Oh, Dios! ¡Ayúdame, por favor! Me siento desolado, me siento sobrellevado por esta situación...

Estoy al tanto de mis responsabilidades, estoy al tanto de mis acuerdos y decisiones... pero este hombre, este hombre se ha impuesto en mí aun sin yo dar cuenta de mis verdaderos sentimientos...

Me abruma pensar en ello... ¿Si yo no sintiese por él, de igual forma me hubiese hecho suyo? A fin de cuentas... ¿Él sabrá de mis sentimientos? Está bien, nos hemos besado, dormido juntos, "lo hemos hecho", pero... yo nunca le dicho verdaderamente que...

Me incorporé de la cama, sobresaltado por mis propias conclusiones... ¿Acaso eso es lo que espera de mí? ¿Una verdadera respuesta?... Me acerqué a mi mesa de trabajo, en donde tenía dispersas cada una de las composiciones y letras de canciones que habían sido dedicadas secretamente al ausente personaje pelinaranja.

-¡Rayos!... –dije frustrado. Esta tarde había quedado con Shinomiya para poder hacer los arreglos pertinentes a la canción "Most Fortissimo", sin embargo Kurusu y... Ren... ¡Qué rayos tenía que ir a hacer allá! Lo único que conseguiste egoísta hombre, fue que me desbordara ¿no? Estabas feliz, dichoso... Me atrapaste en tus redes nuevamente y yo, un masoquista empedernido, disfrute de ello... Volviste a seducirme con tus toques, con tus susurrantes palabras... No tuviste compasión de mí, quien te regalaba un tierno beso, pues me tomaste entre tus brazos, me llevaste hasta la empolvada mesa de aquella aula y volviste a necesitar hacerte uno junto a mí. Invasivo como siempre, tenaz con tus movimientos, incorrupto con tu formidable deseo... Todo era como siempre, todo conllevaría al éxtasis seguro y requerido, pero...

[-Ma-Masato...- me decías entre jadeos, mientras hacías un movimiento exageradamente marcado al sumergirte en mi.

-¡A-ah! T-ten conside-¡ah!-consideración...-Yo ya no te observaba, mantenía mis ojos cerrados ante tan indulgente posición en la que me hallaba... Cuánto dolía... esto no estaba bien...

Conociéndome al ConocerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora