Buenas noches, Ren

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Luego de que sus manos soltaron el agarre en la que tenía a las mías, sentí cómo ese delgado lazo que aún nos mantenía unidos de una manera poco lógica, se rompía.

Debí decirle sobre la canción, era mi oportunidad, la que estaba esperando... y la deseché. ¿Qué la había desechado? ¡Dios! No esperaba que se me abalanzara de esa forma tan... tan... salvaje. Esos ojos, esos devastadores ojos me dejaron sin palabras, engulleron mi espíritu, avasallaron mi alma.

No reaccioné sino hasta cuando declamó su pregunta, y yo esperé esperanzado a que leyera en mí la obviedad de mis sentimientos por él... lo esperé, pero su apabullado mirar se ensombrecía más y más, hasta quedar absorto tras un velo que yo ya no puedo cruzar ¿Malentendió mi comentario? Cómo, si era evidente mi intención.

-... ¿Hay algo que te alegró el día? ¿O alguien?- Las palabras de Jinguji se escucharon fuertes en mi interior ¿Nanami? Cómo es que se enteró... Pero yo solo... yo no tengo intención con... ¡Demonios!

Creí saberlo todo de ti... Pero me he equivocado. Lo obvio, no es obvio para ti. Te di la chance para que confundieses las cosas. Las especulaciones corren rápidas en tu cabeza, ¿no, Jinguji?...

Pero espera un segundo... ¿Entonces eso significa que le importo? Desde cuando dejé de ser un juego y me volví el centro de atención para él ¿Dejó de jugar? No... Él jugaba conmigo, todo este tiempo hizo lo mismo.

Giré mi cabeza hasta donde se suponía que se encontraba la cama de Jinguji, que en medio de la obscuridad de la noche, se hallaba escondida en las sombras ¿Sería así de retorcido? ¿Podría llegar a jugar a tal punto? No... no lo sé. Ya no lo conozco. Ya no es el mismo. Tuvo un cambio drástico en su personalidad ¿Cuándo y por qué? Lo desconozco, como todo sobre él en este momento... lo desconozco.

El velo entre ambos cada vez se hacía más denso y me temía que nada ni nadie pudiese quitarlo. Volvíamos al principio, a ser solo unos antiguos amigos de infancia que se han reencontrado después de muchos años, dándose cuenta que ahora son tan solo unos desconocidos el uno del otro, sin punto de unión ¿Fuimos otra cosa en algún punto? Tal vez fui yo quien especuló en base a alguno que otro comentario, gesto, mirada... ¿Especular? Jinguji había dado explícitos atisbos de estar lidiando con algo superior a él, un secreto que no había sido revelado. Tal vez fui demasiado iluso al pensar queaquel misterio tendría algo que ver con mi persona. Sin querer había caído en su juego, en su encanto sin igual, me había convertido en un siervo de su trivial diversión, en un muerto-vivo que se alimentaba de las vacías intenciones que ese egoísta dibujaba para mí.

¿Por qué tenía que ser yo el que entregase siempre? Es cierto, en ningún momento él tuvo la intención siquiera de hablar, referirse a lo que ambiguamente ocurría, fui yo el que siempre intentaba dar el paso hacia el vacío. Está bien, no es excusa para encubrir mi cobardía, pero... Tuve la intención ¿no? Exacto. Expresé mis sentimientos en una profunda letra, compuse una melodía que fuera al son de mi esencia, dando a conocer quién soy realmente... ¿Y él? Nada... solo migajas ¿Por qué? ¿Por qué siempre yo? A fin de cuentas, no fui quien lo besó y luego se marchó para siempre, sin dar cuenta de con qué intenciones lo había hecho.

Jugaba, él siempre jugó conmigo, lo hizo desde el principio. Lo hizo desde aquella vez que robó de mí la inocencia de mis labios, creándome la esperanza de un mundo nuevo, para luego desaparecer, obligando a mi alma a sobrevivir con el recuerdo de su existencia.

Una persona sin espíritu, sin alma.... Un ser indolente. Sí, en eso te has convertido.

Me incorporé en la cama. No había caso, había despertado hace algunos minutos a causa de las tribulaciones de mi mente y no había podido conciliar el sueño.

Conociéndome al ConocerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora