02= Papá Seokmin

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La primera parada de Seokmin era el jardín de niños que alojaba a sus hijos mas pequeños.

Para su fortuna, la guardería había comenzado a aceptar bebés por un par de horas al día, cosa que al principio fue razón suficiente para hacer llorar a este papá aprensivo con el suyo.

—¡Salgamos de aquí!

Fue lo que le dijo al bebé Dino en cuanto lo tomó en sus brazos y se encaminó rápidamente a su auto para colocar al risueño castañito de ojos grandes en una silla especial.

De inmediato, comenzó a hacer movimientos con su cuerpo para zafarse del cinturón que lo rodeaba.

—Lo lamento, mi pequeño —le hizo un puchero igual—. Ahora no traemos cangurera.

Sin embargo, siguió dando patadas al aire, lo que hizo que Seokmin acariciara su cabecita y recitara palabras dulces hasta que se calmara.

Desearía que Dino aprendiera a caminar de una vez por todas. A menudo, se sentía intimidado porque todos sus hijos habían logrado caminar al menos en su primer año. Con este bebé tendría que esperar un poco más, al parecer.

Una vez estuvo tranquilo, lo transportó consigo hasta el área donde preguntaría por sus otros pequeños.

En el área de espera, un castañito de mejillas regordetas hizo contacto con él, abriendo en demasía sus ojitos y corriendo hacia su papá Seokmin.

—¡Papá Min! —grito al estamparse en sus rodillas— ¡Mira lo que nos dejaron hacer hoy!

El mencionado alzó en su mano la hoja semi húmeda del pequeño, observando la obra de arte que Seungkwan había creado.

—¡Guaaaau! —exclamó con exageración el adulto— Mira, Dino. Tu hermano pintó un hermoso elefante.

—Papá Seokmin... —exclamó otro a su lado— ese es un perrito.

El mencionado trago saliva y miró a sus dos hijos, Seungkwan se había cruzado de brazos y tenía el ceño ligeramente fruncido debido a su confusión.

—Lo siento, Kwanie —se disculpó— ¿también pintaste algo, Vernonie?

El pequeño de mayor altura le mostró su hoja, ésta sólo contenía un montón de colores superpuestos unos con otros, creando una enorme mancha oscura.

—Muy abstracto —comentó Seokmin con orgullo—. Buen trabajo.

—¡Mi perrito se parece a Nonie!

Seokmin sonrió a Seungkwan al escucharlo hablar otra vez.

Tomó las mochilas que Vernon cargaba consigo y les hizo tomar su mano para llegar hasta el auto.

—¿Dónde está papá Shua? —preguntó el más escandaloso.

Seokmin acomodó los asientos de los tres y les sonrió.

—Papá Shua se encargará de las compras el día de hoy —explicó— también recogerá a tus hermanos y nos veremos en casa por la tarde. Nosotros iremos por comida.

Al escuchar esa última palabra, Vernon despegó la vista de la ventana y abrió los ojos en demasía para mirar a su hermano y gritar al mismo tiempo.

—¿¡Podemos ir a McDonald's!?

Seokmin sonrió enternecido por el brillo en los ojos de sus pequeños. Asintió un par de veces hacia ellos.

—Iremos a McDonald's —afirmó—. Pero antes, haremos una parada en otro lado.

Sin embargo, los niños estaban muy ocupados saltando de felicidad en sus asientos especiales como para prestar atención a las palabras de su padre.

Seokmin miro un par de veces el espejo retrovisor para asegurarse de que todo estuviera en orden y pudiera encender el motor.

Siguiente en la lista: Mingyu y Minghao. 





¡Nos vemos el lunes!

-Much & Boo

Papá, no olvides 13 para llevar - SVTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora