16= Papás

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Seis de la tarde.

Seokmin estaba seguro de que sus hijos pronto comenzarían a replicar por hambre a ese punto del día, por lo que debía pisar el acelerador para llegar a casa y repartir sus alimentos correspondientes.

—Nonie, ¿oíste eso? —preguntó a su hermano a su lado.

—Es tu estómago, Kwanie —respondió.

—¿Sabes qué significa?

—Tienes hambre, Kwanie...

—¡Exacto! —exclamó en alto—. ¡Papá! Mis tripas están gritando por comida, ¿Cuándo llegaremos?

El puchero de su hermano menor provocó en el estómago de Mingyu que este también rugiera por la mención de la misma.

Pero se distrajo con la sonaja de Dino moviéndose eufóricamente en su rostro por la mano de Minghao.

—Dino también se encuentra hambriento, papá —dijo.

Seokmin exhaló y se concentró en hablarle a su bebé para seguir distrayendo su necesidad. No había leche preparada a la mano y aún faltaban un par de calles para llegar, así que era mejor mantener la calma para poder llegar pronto.

—¡Ve más rápido, papá Min! —le dijo Seungkwan.

—Papá Joshua dice que debemos ir con calma en el auto —le dijo Hao.

Seokmin asintió.

—Llegaremos en menos de lo que canta un gallo y a velocidad segura —dijo orgulloso.

Sanos y salvos, pero con un llanto amenazador por parte del más pequeño.

Joshua, por su parte, tuvo que salir unos minutos tarde del estacionamiento porque su boleto se encontraba extraviado.

—Busquen bien en sus bolsillos y asientos —indicó a sus hijos al buscarlo hasta debajo de sus cabellos—. Debe estar por algún lado...

—¡Lo encontré!

Joshua miró hacia Jeonghan.

Sin embargo, su sonrisa se borró al verlo con un pedazo de este menos en una esquina.

—Oh, eso no es bueno —dijo Jun a su lado.

Joshua chasqueo la lengua.

—Tal vez aún lo acepten en la entrada —consoló Seungcheol.

—Eso espero —suspiró—. Abrochen sus cinturones.

Todos hicieron caso y se dispusieron a avanzar a la zona de salida.

Joshua rogaba que pudiera funcionar.

Cosa que no fue así, pues la valla no tenía intenciones de levantarse por sí sola. Eso era preocupante, pues tendría que hacer todo un proceso con seguridad para que lo dejaran salir. Incluso los autos detrás de él empezaron a hacer señales para que se moviera de una vez.

¿Qué hacer?

—¿Por qué aún no salimos, papá? —preguntó Woozi desde su asiento.

—El boleto no funciona, mi cielo —arrugó su frente y tamborileó sus dedos en el volante.

Seungcheol, a su lado, alzó la cabeza hacia su papá con una gran sonrisa. Joshua supo que había tenido una idea.

—Papá —dijo—, puedo levantar la valla para que salgas fácilmente.

—¿Cómo? —abrió los ojos— eso no se puede, Cheol.

—¡Sí! —exclamó— no está bloqueada, solo se activa para que pueda hacerlo en automático. Puedo hacerlo y podremos irnos.

—Pero... eso no es correcto, eso... espera, ¿cómo sabes eso siquiera?

Seungcheol se encogió de hombros.

Nada podía engañar a Joshua, después de todo, incluso si su hijo no quería delatar a nadie.

—Seokmin, claro... —exhalo y empujo su mejilla con la lengua—. Bien, funciona, pero...

—Oh, vamos, papá —suplicó el mayor de sus hijos—. Será divertido. Tú nunca haces cosas así.

Joshua alzó una ceja y se enderezó.

—Yo soy divertido.

—Entonces ¡hagámoslo!

Se giró hacia Jeonghan cuando secundo a su hermano.

—Hazlo papá —dijo Wonwoo.

—¡Sí! ¡Hazlo, hazlo!

Sus hijos le estaban animando a hacer algo incorrecto. Algo que, en definitiva, no era digno de enseñar a sus buenos hijos.

Miro a Seungcheol, este le sonreía mientras los demás se amontonaban como podían para convencerlo.

Joshua podía ser divertido, o algo así.

Así que cerró los ojos mientras asentía.

Basto con el indicio del primer gesto de su padre para que Seungcheol saltara de su asiento y corriera hacia la valla para levantarla con una increíble facilidad.

Joshua se encaminó con un temblor en el corazón y volvió a respirar cuando Seungcheol terminó su trabajo y le miró al otro lado de la puerta.

—Bien, papá —le dijo.

Joshua le sonrió y los niños le aplaudieron al unísono, haciendo que una sensación cálida se instalara en él.

—¡Oiga! —escucho a lo lejos, un guardia se dirigía a ellos— ¡no puede hacer eso!

Padre e hijo se miraron con terror, sin embargo, ya habían llegado demasiado lejos, por lo que opto por hacer lo que su razonamiento mejor le ordenó.

—¡Sube! De prisa.

Cheol hizo caso y al momento en el que su puerta fue cerrada y el cinturón puesto, pisó el acelerador para, por fin, abandonar el estacionamiento.

Los niños reían y gritaban por lo que acababa de pasar, pues el guardia los había seguido por un par de metros más y Joshua no hizo más que tratar de conducir rápido y tranquilo.

—Eso fue increíble, papá —mencionó uno de ellos.

Sonrió para sí mismo.

—¿Crees que le ganemos a papá Min? —preguntó Soonyoung detrás.

—Podemos intentarlo —les dijo para volver a acelerar.

Papá Joshua podía ser divertido. 









Recta finaaaaaaal

-Much & Boo

Papá, no olvides 13 para llevar - SVTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora