15= Papá Joshua

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—Papá.

—Dime, Wonu.

—¿Mañana podemos cenar sándwiches?

Joshua le sonrió a su hijo. Este llevaba el carrito con todas las cosas encima más su hermano en él.

—Hablando de comida —comenzó Cheol a su lado—. ¿No crees que papá Seokmin haya tenido problemas con ello?

Joshua acarició el cabello del mayor.

—Seokmin debe tener todo controlado. Espero —susurró al final.

Joshua era la parte ansiosa de los dos, el que siempre tenía un ojo en la espalda y un oído en todas las paredes.

Seokmin, al contrario, se encargaba de encontrar un equilibrio entre lo divertido y lo seguro, lo justo y lo entretenido.

Por eso, Joshua estaba seguro de que, en caso de haber algún problema con sus bebés, Seokmin terminaría sin dormir por el resto de su vida. Cosa que le aliviaba un poco el ansia de querer llamarle a todas horas desde que se separaron cada quien con su mitad.

Sí, todo debía estar bien.

Los gemelos jadearon incesantemente cuando llegaron derrapando junto al carrito, arrojando las latas de atún dentro del mismo.

—Apresúrate, papá —exclamó Soon—. ¡Ya vámonos!

El mencionado arrugó su frente.

—Corre, corre —empujo Jun a Wonwoo para que avanzara de una vez.

Los niños eufóricos dejaron de insistir cuando el pie de su papá detuvo el lento andar del carrito.

Su vista estaba en ellos y, para crear más autoridad, colocó sus manos en sus caderas.

Ajam. Alerta roja.

—¿Qué está pasando? —pregunto firme.

—¡Nada!

—¡No fuimos nosotros!

Respondieron al mismo tiempo.

Joshua suspiró.

Al ser los únicos gemelos en su pequeña gran familia, era sencillo que se volvieran cómplices de múltiples travesuras.

Las veces que tuvo que contestar el teléfono porque su escuela necesitaba de su presencia debido a la conducta de los pequeños diablillos.

Sus gemelos eran traviesos y Joshua no había sido padre apenas ayer, así que la respuesta venía sola con tan solo verlos.

—Mas les vale decirme ahora mismo.

Soonyoung y Jun tragaron saliva y se reunieron cerca el uno del otro, como siempre que intentaban protegerse.

—Papá va a regañarlos —susurro Woozi desde el carrito con una risilla divertida.

—No te metas, enano —le gritó Soon.

Wonwoo abrió la boca para defenderlo, sin embargo, Joshua se paró más cerca de ellos y los miró detenidamente.

—Ya lo saben —comenzó—. Deben decírmelo o tendré que averiguarlo por mi mismo y no será...

—Son ellos —exclamó alguien detrás de la familia.

Los gemelos abrieron los ojos a la par y decidieron correr por sus vidas.

Habría funcionado si los empleados del supermercado no los hubieran tomado del brazo a cada uno a tiempo.

Acción que no fue mucho del agrado de Joshua.

—Eso es innecesario —les dijo.

—¿Es su padre? —le preguntaron, a lo que asintió—. Sus hijos derribaron las torres de latas en exhibición de atún.

Así que se trataba de eso.

—¡Fue un accidente!

—Es cierto —secundó Jun—. Solo tomamos las nuestras.

Joshua suavizó un poco su expresión enojada de hace unos momentos.

—Pagaré por ello si es necesario y ellos se disculparán —dijo Joshua aun mirando como los sostenían—. Podría soltarlos ya, ¿por favor?

Fue ignorado y juzgado por la mirada de estos.

—Dejaron el pasillo repleto de latas rotas y atún desparramado, debería tener más controlados a sus pequeños revoltosos.

—Ya dijeron que fue un accidente y lo sienten, ¿verdad, niños?

Los mencionados asintieron con sus cabecitas.

—No me diga que va a solapar a sus hijos tan fácilmente —dijo uno de ellos.

Joshua alzó una ceja.

Los gemelos se deshicieron del agarre de los empleados y corrieron a abrazar la cintura de su padre.

—Si ellos dicen que no era su intención entonces yo les creo.

Y como no hacerlo, si sus caritas aún denotaban el miedo de un pequeño cuando está pasando por una situación incómoda.

Sus revoltosos eran suyos y sabía cuando eran buenos niños y cuando debían entender de la manera menos agresiva posible.

Se giró junto a ellos y se dispuso a acariciar sus cabelleras para calmarlos e irse a la caja a pagar sus compras.

—Por esos padres se crían los estúpidos malcriados —dijo un empleado.

Joshua paró en seco y, por lo tanto, sus hijos también.

Los niños miraron a Joshua. Este les sonrió a todos, una facción sincera que los presentes pudieron atender con facilidad.

—Adelántense a la caja, enseguida voy.

Asintieron sin rechistar y Seungcheol le guiñó un ojo a su papá antes de poder llevarlos de ahí para que Joshua pudiera desplegar su coraje de manera pacífica con aquellos que difaman su crianza y a sus pequeños.

Y con amable, se refería a que no lo volverían a repetir ni siquiera a sus espaldas.

—Uh, caballeros —les llamó a los empleados.

Estos se reunieron con el hombre que les dio una sonrisa.

Una diferente, cargada de picardía. 









Personitas nuevas que están leyendo la historia, ya las vimos. Por favor no olvides dejar tu comentario, nos encantaría leerte. 

-Much & Boo

Papá, no olvides 13 para llevar - SVTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora