Dino había empezado a lanzar un par de patadas al aire, muchas de ellas, mientras depositaba un gran puchero en su rostro.
Seokmin intentó calmar a su bebé inquieto, sin embargo, este ya no pudo contenerse más y dio indicios muy fuertes de fastidio.
Pronto empezaría el llanto.
—Papá, ¿Por qué Dino huele feo?
El mencionado suspiro ante la pregunta de Mingyu.
Miró al bebé en sus brazos, este seguía impacientando y Mingyu había encontrado la verdadera razón.
El pañal de Dino estaba lleno y su pequeño comenzaba a estar incomodo, por eso el intento por llamar su atención tan desesperadamente.
Hizo una mueca y miró a sus hijos, estos solo miraban aburridos a todos lados, mientras que Dino balbuceaba más y más fuerte.
En cambio, la fila seguía igual de larga como hace quince minutos.
Dino lo miró con sus ojitos entornados en una súplica demasiado falsa, pero necesaria para que pensara en la posibilidad de que sus bebés más grandes comenzaran su labor como hermanos mayores y cambiaran el pañal de Dino.
Ya lo había hecho con los demás, sin la autorización de Joshua por supuesto, pero todo había salido con éxito y tal vez era hora de enseñarles a ellos.
El único problema es que no podía, pues alguien debía quedarse en la fila para ordenar por si tardaba mucho u ocurría un milagro que los hiciese avanzar más rápido.
No había otra opción.
—Mingyu, Hao —les llamó—. Necesito que hagan algo por mí, ¿está bien? —ambos asintieron— Dino requiere de un cambio de pañal y yo debo quedarme en la fila y vigilar a sus hermanos.
—Pero yo no sé cambiar un pañal, papá Min.
—Oh, vamos —exclamó Minghao en contra del comentario de su hermano—. No debe ser tan difícil.
Seokmin sonrió. Meció a Dino un par de veces y después lo sacó de su cangurera para entregárselo a Mingyu, quien tenía más fuerza para cargarlo que el mayor.
—Pañal, toallitas húmedas, talco, un repuesto de ropa y un juguete —enlisto el adulto—. Todo está aquí, solo deben retirar el sucio y limpiar a Dino, después solo colocan algo de talco y reemplazan por uno nuevo. Sencillo ¿no?
Los niños volvieron a asentir.
—¿Para qué es el juguete? —preguntó Hao mirando a Dino intentando alcanzar su rostro con sus manitas.
—Para mantenerlo distraído —guiño un ojo—. El baño está por ahí.
—Vamos ya, Hao —pidió Mingyu—. Dino no deja de moverse.
El mencionado hizo caso y ambos se fueron hacia el lugar señalado por su papá.
Seokmin suspiro nervioso, pero seguro de haber educado bien a sus hijos. Mientras tanto, la vista hacia el área de juegos pintaba bastante bien.
—¡Nonie, mírame! ¡Mírame!
Seungkwan gritó aquello antes de deslizarse por el tobogán color rojo que daba a una alberca de pelotas de plástico.
Vernon lo siguió una vez que se aseguro de no aplastar a su hermanito y al aterrizar un montón de pelotas lograron rebotar a su alrededor.
—¡Vamos otra vez!
No le dio tiempo de responder, pues Seungkwan ya estaba trepando por la escalera del mismo material, llegando hasta arriba.
—¡Kwan, no vayas tan rápido!
Pero el niño ya estaba de vuelta junto a él en el suelo de pelotas. Seungkwan rio mucho estando allí.
—Vamos, Vernon —volvió a decir el castañito—. Esta vez te esperaré.
Vernon tomó la manita de su hermano y subieron juntos hasta el tobogán, solo que esta vez se encontraron con otros niños arriba.
—¡No! —exclamó uno de ellos— Ya no puedes usar el tobogán.
Los hermanos fruncieron el ceño por la repentina indicación del otro menor.
—¿Por qué no? —preguntó Seungkwan en un puchero apenas visible.
—Lo has usado muchas veces, ya es nuestro turno.
Seungkwan no entendía por qué los otros niños no lo dejaban seguir disfrutando de su diversión.
En su mente, el tobogán era una cosa colosal, por la que se deslizaba por mucho espacio y tiempo hasta llegar al inicio de su más grande diversión: ser recibido por su hermano.
Decidió ignorarlo y caminar hasta el agujero del tobogán.
—Quiero pasar —les dijo cuando los niños se pusieron rígidos frente a él.
—He dicho que no —exclamó otro de ellos, aferrándose a él.
—Mi papá dice que debemos compartir los juegos.
Los otros rieron por la explicación del castañito.
—¿Ah, si? Pues mi papá dice que yo soy el rey del juego y yo digo que ya no puedes entrar a nuestro tobogán.
Aquel absurdo comentario molesto de sobre manera al pequeño, así que volvió a intentar atravesarlos.
Sin embargo, se las vio difícil cuando los demás forcejearon y terminaron usando demasiada fuerza, haciéndolo caer hacia atrás, provocando un golpe ligero, pero significativo en la cabeza de Seungkwan.
Al instante, los niños rieron y Kwanie comenzó a llorar bajito por la humillación y la agresión recibida.
Vernon, por otro lado, abrió los ojos en grande cuando presenció aquello y miró con el ceño, extremadamente fruncido, a los niños.
Éstos pararon un poco su risa cuando observaron como Vernon se acercaba peligrosamente a ellos.
Lo que no esperaban, era el golpe que le propinó al más cercano.
Cheers para el Verkwan
-Much & Boo
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Papá, no olvides 13 para llevar - SVT
FanfictionJoshua y Seokmin tienen 11 hermosos hijos. En un día común y corriente para la familia, los padres deciden dividir la carga a la mitad. Pero... ¿En qué momento ir al Supermercado y ordenar en McDonald's con 11 niños se volvió una gran idea? /Hist...