—Lo que escuchaste Luke lleva meses abusando de Annabeth.
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—Voy a matar a ese imbécil —dijo mientras la ira se reflejaba en sus ojos verdes, como unas violentas olas en el mar.
—Lo ves, Luke es un monstruo y la señora Beatriz es aún peor que él.
—¿Cómo se atrevió a hacerle eso? —murmuró pasando sus manos por su cabello obscuro en un gesto de rabia—. Dime, ¿Beatriz sabe esto?
—Sí, ella lo sabe y es por todo esto que llegue a la conclusión de que Perla es hija de Luke. Creo que el escape de Annabeth de hace casi dos años fue una farsa para encubrir su embarazo, aunque hay un fallo en mi teoría y eso es que tú fuiste uno de los que la encontró —explico—... aunque tal vez yo estoy equivocada y ella si escapo y bueno, Beatriz y Luke supieron aprovecharse muy bien de la situación.
Lizeth lo observo. —Percy, tú eres el único que puede ayudarme a reconstruir la historia. ¿Cómo fue que encontraron a Annabeth?
Percy suspiro mientras volvía a sentarse, paso distraídamente las manos por su cabello, revolviéndolo en el proceso. En su mirada aún brillaba el sentimiento de la ira más pura, aunque ahora había algo más en ella... culpa.
—Yo creo que ya es hora de que diga la verdad —dijo el joven de la nada—. Ya no voy a permitir que le sigan haciendo daño a Annabeth.
—¿De qué verdad estás hablando? —preguntó la chica verdaderamente intrigada, no por sus palabras, sino por su expresión.
—De lo que realmente pasa en la familia Chase —dijo—. Como ya sabes, mi madre era la mejor amiga de Atenea, la madre de Annabeth, así que realmente mi familia y la suya siempre han sido muy cercanas o lo por lo menos lo fueron mientras Atenea vivía.
—¿De qué murió? —le pregunto Lizeth interrumpiéndolo mientras recordaba lo que alguna vez había dicho Annabeth.
—Fue un paro respiratorio, algo muy raro si me lo preguntas. Cuando murió tenía algunos problemas de salud, pero no era para tanto y... creo que tal vez Annabeth tenía razón.
—También crees que Beatriz asesino a la madre de Annabeth... ella me dijo eso —explicó al ver la sorpresa del chico.
—Sí, porque es tan curioso que tan pronto Atenea murió, Beatriz paso de ser la ex asistente de Atenea para convertirse en la nueva señora Chase incluso pareciera que tenía todo planeado y tan pronto como eso sucedió se encargó de que Frederick internara a Annabeth en el psiquiátrico sobre todo cuando ella insistía en que Beatriz había asesinado a su madre.
—Pero como es que pudieron hacer eso, no puede internar a alguien de la nada.
—El psiquiatra que evaluó a Annabeth era amigo de Beatriz —dijo como si eso explicara todo—. Después de eso ella pasó dos años encerrada ahí, no sabes lo duro que fue verla ahí, verla cada vez más lejos de la realidad. Después de eso supongo que Frederick tuvo algo de remordimiento porque la saco del psiquiátrico, pero Beatriz trajo con ellos a uno de los enfermeros que trabajaban ahí.
—Luke.
—Sí, es hijo de... —dijo apretando los puños.
—Entonces Luke si ha estado cuidando de Annabeth desde hace años... podría ser que lleve mucho tiempo lastimándola, ahora entiendo por qué se escapó.
—Annabeth no se escapó.
—¿No?
—Tenías razón en eso —sonrió amargamente—. Esa finca tiene más seguridad que el pentágono, realmente crees que Annabeth pudo haber escapado.
—No, pero entonces si ella no escapo, eso quiere decir que Luke o Beatriz la sacaron a propósito.
Percy la miro intensamente.
—Ellos no hicieron nada... fui yo, yo saqué a Annabeth de la finca —confeso.
—¡¿Qué?!, ¿por qué hiciste eso?
—Porque ya no podía soportar verla así —se puso de pie—, en ese momento está convencido al igual que tú de que Annabeth no estaba enferma, yo solo quería verla bien... debiste verla en esos días sin esos medicamentos, ella era otra, era la chica que siempre debió ser. Yo iba a llevarla fuera del país lejos de todo esto, pero entonces no sé cómo Beatriz nos descubrió.
—Entonces de ahí viene la historia de que tú estabas con ella cuando encontraron a Annabeth —dijo atando cabos—. Pero hay algo que no entiendo, si tú sabías que Annabeth está bien, ¿por qué dejaste que Beatriz la llevara de regreso a la finca?
—Realmente no sabes lo manipuladora que puede ser Beatriz y ella, aunque no lo creas, necesita a Annabeth.
—No dijiste que Annabeth le estorbaba, ¿por qué ahora dices que la necesita?
—Porque Atenea tenía una gran fortuna por sí sola y Annabeth es su única heredera —explico—, pero Atenea dejo una cláusula en la que Annabeth recibiría todo al cumplir los 21 años, así que obviamente cuando Annabeth llegue a esa edad Beatriz excusándose en su enfermedad reclamará la fortuna para que pase a manos de Frederick o lo que es lo mismo para ella y sin Annie ella no puede reclamar nada, ya que otro de los puntos de la cláusula de Atenea es que si su hija no llegase a los 21 todos sus bienes serían donados a distintas asociaciones y es evidente que a Beatriz no le basta con la fortuna de Frederick.
—Esa mujer es un verdadero monstruo —exclamó mientras lo miraba con sus ojos castaños—. Percy si tú sabías todo esto, ¿por qué no la has denunciado?, ¿por qué permitiste que se llevara a Annabeth?
—Hay muchas cosas que tú no sabes —dijo.
—Pues entonces dímelas para poder entenderte —exclamó con dureza— y ¿por qué no empiezas diciéndome cómo fue que te convertiste en su cómplice?
—Yo no soy su cómplice —le corrigió con molestia.
—Te quedaste callado todo este tiempo y no hiciste nada permitiendo que le hicieran más daño a Annabeth, eso te convierte en su cómplice.
—Lo último que he querido es que le hagan daño, jamás, escúchame jamás —recalco con dolor—, querría que lastimaran a la mujer que amo.
Ante esa confesión el silencio se hizo presente asimilando la dureza de todas las palabras dichas en aquella habitación.
—¿La amas?
Él asintió con pesar.
—Le he amado toda mi vida y este amor me ha hecho cometer varios errores que ahora estoy pagando. Pero tienes razón, ya es hora de que enfrente a Beatriz, ya no voy a permitir que le haga más daño a Annabeth. Voy a sacarla de ese infierno y al fin tendremos la familia que merecemos.
—Es muy lindo lo que pretendes, pero creo que estás pensado solo en ti, no crees que tal vez una familia contigo no sea lo que ella quiera.
—Por supuesto que pienso en ella —sonrió ligeramente—, eso era lo que ambos planeábamos cuando íbamos a irnos lejos. Los dos juntos, siempre juntos —murmuró.
—En lo que sea que hagas cuenta conmigo —dijo poniéndose en pie.
—Espera, aún tengo un secreto que contarte.
—Más secretos —exclamo—. No creo que haya algo que pueda sorprenderme más, pero bien te escucho.
Percy sonrió de una manera extraña.
—Perla es mi hija —dijo sin más.
—¡¿Qué?!