Epílogo

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“La Fortuna es un Premio para quien sueña despierto. Pero quién no mide su Ambición se ahogará en su Sueño tornado Pesadilla. Tengan cuidado con lo que desean. Los sueños pueden hacerse realidad. Y mi Sueño se encuentra en el Corazón del Mar”

Edward Bonnet -
Ejecución de Edward Bonnet,1730

– ¡Agarraos!

De un momento a otro, lo que había sido una travesía agradable por el mar; con un sol espléndido y unas aguas en completa calma;  se había convertido en el mismísimo infierno.

Apenas era posible luchar contra la furia de Araila, la diosa del mar; olas de varios metros de altura golpeaban al navío con una fuerza aplastante, haciendo casi imposible el mantenerse de pie sobre la húmeda cubierta. A cada movimiento del barco, notabas que estabas más cerca de ese oscuro abismo infinito que era el mar de Titán.

La salitre y las frías aguas que calaban los huesos aumentaban la sensibilidad; el dolor, cada golpe era incapacitante, y el ardor de las manos por el roce de las cuerdas contra la palma de las manos de aquellos marineros que se aferraban desesperados para no caer del navío era insoportable. Fuego entre el frío tormentoso del mar.

La lluvia de aquella tormenta, invocada desde el mismo reino de los cielos, y la fría mar chocando con fuerza contra la cara de aquellos que se mantenían en pie, mojaba todo. La superficie resbaladiza solo era una cosa más de la que preocuparse para no caer al mar; otra trampa más de la traicionera Araila.

Era un desgaste físico y mental; aquella tripulación luchaba por salir de aquella tormenta que parecía invocada por los mismísimos dioses, con el fin de burlarse de ellos.

Los relámpagos, seguidos por los atronadores truenos y el rugir de las olas, mostraban lo que parecía un conjunto de glaciares a lo lejos.

– ¡Capitán! ¡Tenemos que dar media vuelta! – Gritó el vigía – No podemos pasar por ahí... ¡No con esta tormenta!

– ¡Cállate! No vamos a darnos media vuelta. Estamos muy cerca... – Le interrumpió su capitán quién timoneaba el barco. Su mente estaba consumida por la idea de fortuna, de encontrar un tesoro tan legendario con el que solo podía soñar, pero que podía sentir que estaba al alcance de su mano; real.
Andaba relamiéndose en las futuras mieles del éxito, no podía rendirse. Su ambición superaba el miedo a la muerte.

La avaricia humana, ciega corazones, impide dar el brazo a torcer. Lleva a apostar todo por tener más, incluso la vida puede ser una apuesta rentable para los locos que estén dispuestos a arriesgarla

– ¡Y si no es aquí! ¡Y si es solo una leyenda! ¡Nos estamos jugando la vida, capitán! – Lo cuestionó uno de sus hombres, la insensatez de su capitán estaba dejando mella. Aquella tripulación, fiel y leal, comenzaba a dudar. Pensaban ya que, aquel hombre, sabio y cuerdo que los había guiado ya en tantas desventuras, ya no existía, había muerto, y en su lugar quedaba solo un loco; desquiciado y borracho de deseo.

– ¡Idiotas! ¿Es que no lo veis? Araila nos está poniendo a prueba... Estamos cerca. ¡El Corazón del Mar será mío!

Un relámpago rompió el ambiente.

– ¡Ola traicionera! – Gritó el vigía, una gigantesca ola de casi veinte metros se les aproximó por la derecha, un gigantesco muro monstruoso de agua oscura que se aproximaba a ellos; imparable.

El capitán trató de evitar el impacto, pero fue muy tarde, la ola pasó con fuerza titánica, tumbando el barco. Ninguno de ellos pudo agarrarse a nada cayendo a las gélidas aguas del mar Titán.

Fairy Luck : El Corazón del Mar ||Libro 2||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora