– Feanor Lake –
– ¡Agarraos! – Ordené a través de la feroz tormenta, traída por la furia de la diosa del mar.
El barco estuvo a punto de volcar al impactar, de lleno, con una ola de gran tamaño.
Fue como chocar contra un muro de concreto, sentí el golpe por todo mi cuerpo, en mis dientes y mis brazos. Choqué contra un poste y caí al suelo, sentí sangre en la comisura de los labios.
El frío era infernal. La piel se volvía quebradiza; el simple hecho de aferrarme a las cuerdas suponía una tortura sin igual. Su simple roce me provocaba quemaduras, que empeoraban por la salinidad del gélido mar.
Y cada ola rugía como un gigantesco monstruo marino que emergía de las profundidades para tragarnos con él. Lo que me aterraba, pensar que monstruos como aquella titánica serpiente moraban bajo nosotros... ¿Qué más monstruos habrían allí abajo? Esperando en la oscuridad.
Con cada rugido de ola al romper, mi corazón se encoge, dominado por un miedo primitivo. Y con cada relámpago a través de la tormenta, una visión oesadillezca me invade; un lejano faro, que me ciega con su potente luz.
Es tan real...
– ¡Rojo! – Ruge Calipso, aferrándose al timón como puede. Sentí Su grito como un latigazo directo al rostro, gracias a eso, desperté de mi trance. Su rostro está bajo la tensión de una horrenda mueca por el sobreesfuerzo de mantener el barco a flote – ¡Si no quieres dormir con los peces, ata esas cuerdas de una vez!
Luchando contra el feroz vaivén del barco y la intensa lluvia, comencé a atar cuanta cuerda podia.
Kail-un, controlando el cuerpo de Michelle, se paseaba por cubierta sin problema alguno de equilibrio, mientras ataba las cuerdas que pillaba a su paso.
Al pasar a mi lado se me quedó mirando.
– Te ves pálido, es decir, más de lo normal. – Masculló el dios.
¿Pálido? La verdad es que tenía mucho frío. El corazón me iba tan rápido, y era tanta la presión, que sentía que me iba a desmayar en cualquier momento. Jamás había tenido tanto miedo, cada vez que el mar rompía, se me paraba el corazón por unos segundos.
¿Era el único que estaba tan aterrado?
Un grito de pánico me sobresaltó, Ari caía desde lo alto del palo mayor. Por suerte, logró aferrarse a la madera usando sus seis patas.
Agarró las cuerdas con la boca y trepó hacia lo alto, luchando contra el poderoso vendaval que la arrastra sin descanso.
Ari... Baja de ahí...
Logró llegar arriba y comenzó a atar cada una de las cuerdas, asegurandolas en el proceso. Lo mejor que podía.
– ¡Ya está! – Exclamó Ari.
Un crujido me puso sobre aviso. Una cuerda comenzó a ceder por la tensión, la viga a la que estaba atada estaba muy podrida, no iba a aguantar...
Y si esa cuerda cedía, lo harían todas las demás. Arrastrando a Ari con ellas.
Corrí hacia la cuerda y la agarré, momentos antes de que el mástil cediese. La aferré con todas mis fuerzas, daba igual que mis manos ardiesen.
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Fairy Luck : El Corazón del Mar ||Libro 2||
Adventure¡Fairy Luck abre las puertas al comercio internacional! La gloria solo puede ser para uno. ¿Cuánto estás dispuesto a pagar por ella? Ya ha pasado un año desde que Michelle inició su viaje, junto a la compañía de Fairy Luck. Tras tantas desventuras...