Capítuko 5

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– Michelle Smith –

Recogimos a toda prisa, el pueblo entero sabía ya de la verdadera identidad de Feanor. Pronto llegarían el resto de Cuervos, teníamos que salir, y a prisa.

Nos habíamos dejado todos nuestros ahorros en las reparaciones de la taberna, así que ya nos podíamos olvidar del barco.

La tienda era un pequeño caos, e intentaba coordinarlo como medianamente era capaz.

– Kail-un. Muévete.

– Estoy asegurando el material, Smith. – Protestó el dios

– Pues date brío. No tenemos tiempo.

– Échale la culpa a don “tengo que armar un espectáculo o si no no estoy contento” – Se burló el dios, hundiendo aún más a Feanor, quien cargaba con una caja bastante pesada a cuestas y la dejaba en el almacén.

– Ya... Lo siento...

– Y has destruido propiedad privada.

– Lo siento.

– Y nos has delatado.

– Lo siento.

– Y esa paliza que les has dado al grandullón no era necesaria.

– Lo siento...

– ¡No ha sido culpa de nadie! – Los interrumpí.

– Michelle. Ha sido  mí culpa que nos hayan descubierto. Por una vez el dios tiene razón.

– Correcto. – Asintió el dios confiado antes de percatarse de algo – Espera... ¿Qué has dicho? ¿Qué tengo razón? ¿Te han dado un golpe en la cabeza, elfo? Vaya, esto se siente extraño..

– Ese tío te habría matado, Feanor. No le des más vueltas. Y tiene suerte de que lo hubieses dejado KO tú... Si yo hubiese llegado y hubiese visto las heridas que tenías... Quemaduras de tercer grado por todo su cuerpo sería lo más suave que le habría hecho. – Comenté enfurecida – Y yo también la he liado, un cazarrecompensas me ha atacado. Me he delatado como portadora... Y era muy rápido, me costaba alcanzarle.

– No sabemos quienes son estas personas. Pero si pueden rivalizar contigo tenemos que estar preparados – Masculló Feanor – Ari. ¿Estás bien?

Me percaté de que Ari llevaba un rato sentada, sin hacer gran cosa. Despertó levemente ante la voz de Feanor.

– No. No es el momento. – Respondió. Ari más fría de lo normal.

– Okey... – Murmuró Feanor extrañado. Entonces, se llevó las manos a la cabeza – Llevábamos meses detrás de un barco... Y ahora a empezar de nuevo. Joder, lo siento.

– No pasa nada. Podemos empezar de cero. – Respondí.

– No podemos. Tenemos que llegar a la Divina Fuente para salvar a tu abuelo. Te prometí no volver a usar la máscara y...  – Exaltó Feanor – Por mi culpa eres una prófuga, no puedes vivir una vida normal. ¿Y ni siquiera puedo cumplir una simple promesa tan sencilla como no usar la máscara?

– La usas en combate,  y tenías que luchar. Punto.  Yo me convertí en prófuga. No tú. Te recuerdo que mi tío abuelo me ofreció hacerme con el control de Krähennest, y no lo hice. Porque no voy a permitir que ese malnacido maneje mi poder. Y en segundo lugar... No sabemos a dónde tenemos que ir. ¿De qué nos sirve tener un barco? Además, ¿tú sabes navegar? Yo no.

– No. No sé. – Masculló.

– ¿Entonces? Podemos empezar de cero. De todos modos este sitio no tiene mucha información que digamos. Manda narices, y eso que aquí nació Edward.

Fairy Luck : El Corazón del Mar ||Libro 2||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora