Fairy Luck : El Corazón del Mar ||Libro 2||

Capítulo 6

– Nath Lake –

– Se les conoce como Monarch. La última gran banda pirata de la época moderna. Comandada por el capitán Torres.

Observaba las grabaciones de seguridad de la Aurora sin decir una sola palabra, en bucle, deseando apartar la mirada, pero incapaz de hacerlo.

Sabía que, si abriese la boca,no podría contener mis ganas de potar.

Mientras, escuchaba atentamente las explicaciones del consejero de defensa; Jahrl Von Kal. Un elfo noble de cabello rapado y tuerto. La mitad de su rostro tiene cicatrices por haber participado en las guerras contra Brinchexter hace treinta años. Un elfo serio y de claro carácter militar, que siempre parece a punto de saltar a la batalla.

El resto de miembros del consejo mantenían una calma que yo no poseía en esos momentos.

Somos cinco los consejeros que nos encontramos en la sala de reuniones del Átbol del Mundo. Una sala circular, con un escenario abajo para quienes necesiten de nuestra atención. Mientras, los Consejeros permanecemos sentados, de forma que todos podemos vernos bien las caras.

Es en ese escenario donde se estaba proyectando de forma holográfica el accidente.

Ya presenté al consejero de defensa. Los otros cuatro son:

Ferah, la consejera de asuntos económicos. Una elfina anciana que había visto ya a tres generaciones de Odínes. Por ser la mayor era la que siempre llevaba la voz cantante en el Consejo. Conservadora, Odinista y muy proteccionista en lo económico. Siempre tenía que pelearme con ella para permitir cualquier clase de comercio con el resto de naciones vecinas.

Lika, el más joven de los Consejeros. Un noble que ni de broma llegaba a la mayoría de edad, como mucho tendría diecisiete. Provenía de una de las familias de monjes de Kail-un, su función era la de asuntos mágicos y divinos. Sección activa desde el incidente con Kail-un. Era un fanático religioso de cuidado, aunque de mente abierta para aspectos alejados de la religión. Claro que, para él, pocas cosas se alejaban de lo religioso.

Por supuesto, el imbécil de Lorazt también estaba allí, como consejero de interior.

Y yo. Embajadora.

– ¿Piratas? La era de la piratería ya acabó. – Masculló Lika – Todos fueron perseguidos y ajusticiados por sus crímenes y pecados.

Ferah suspiró. Y comenzó a explicar con su avejentada pero firme voz

– Aún tienes mucho que aprender, Lika. El fin de la Edad de Oro de la piratería solo indica el momento en el que la organización de los Siete Oligarcas quedó disuelta tras la muerte de Edward Bonnet, el rey del mar. Tras esto, los líderes piratas se disolvieron. Se cazó a la mayoría, Barba Negra, William, Teach, Anney... Y otros desaparecieron, como Red, el sucesor de Edward Bonnet.

– ¿Qué tiene que ver Torres en esto? Solo es un imbécil más que amenaza a Krähennest. Un terrorista, al igual que Feanor. Podemos con él. – Rió Lorazt

– Es peligroso. Por lo que sabemos de sus crímenes, va tras el Corazón del Mar. Busca convertirse en Rey del Mar... Sigue los pasos de Edward. Y esto podría suponer el inicio de una nueva era pirata. Podríamos perder el control en las Colonias. – Masculló Ferah.

– La verdadera pregunta es... ¿Cómo coño han aparecido de la nada con una nave que cuenta con armamento tan avanzado? – Preguntó el general Jahrl – ¿Cómo se le ha pasado un arma así a la inteligencia? Quiero que veamos otra vez estás imágenes.

No... Por favor. Otra vez no.

Cerré los ojos, no quería volver a verlo. Era una tortura. Me lo conocía de memoria.