© Hasta Tu Último Aliento [JJK] (1)

24. Esa Voz...

Jungkook

—¿¡Qué mierda estás diciendo!? —alzo la voz preocupado, Namjoon maldice una y mil veces entre dientes.

—Sea quien sea que esté detrás de la pantalla sabe con exactitud lo que estamos haciendo. —confiesa aterrado.

—¡¿Qué demonios?! ¿Cómo diablos pudieron enterarse? —espeta Taehyung desesperado. —¿Lograste conseguir algo?

—Lo conseguí pero no la información suficiente. —dice él —Por ahora necesito engañarlo, hacer una cortina de humo para hacerle creer que ha logrado su objetivo.

Teclea códigos tanto como puede, juraría que lo dedos se le acalambran en el trascurso mientras lo hace, envía y mueve ubicaciones falsas haciéndole creer que hemos cambiado de lugar.

Este hijo de perra sabe lo que hace, hasta que... Deja de hacerlo.

—Coordenadas reemplazadas, hecho. —sigue hablando — Hay alguien intentando hackear mi dispositivo hasta conseguir victoria, necesitaré enviar virus difíciles de eliminar si queremos detenerlo al menos unos cuantos minutos.

— ¡Me importa una mierda, hazlo ahora! —grita Tae, toma nuestros dispositivos móviles y no duda en destruirlos uno por uno para que las señales GPS se pierdan por completo.

No tengo tiempo para reclamar nada, Adelaida me suelta y se dirige a Namjoon visualizando cada detalle de lo que hace.

—¿Qué?—suelta Nam sin quitar la mirada y mucho menos dejar de teclear en ningún instante.

—A este paso explotarán tu ordenador pronto. Hazte a un lado. —exige al mayor.

—No voy a arriesgarnos a todos por tu estúpida suposición, ¡Van a matarnos por tus necedades!

—Dejame hacerlo, sé lo que te digo. —responde demandante.

—¿Estás loca? Es gente peligrosa. Será alguien mucho más inteligente contra tí.

—¡Qué te hagas a un lado joder! —exclama eufórica y empuja a Namjoon de su asiento para tomarlo en su lugar, este cae y por el choque contra el suelo rebota, se queja del golpe que se ha dado en el hombro.

—Son dos —dice ella, teclea sin descanso, se coloca los audífonos intentando establecer... ¿Comunicación? —Hay dos personas al otro lado de la pantalla, no descansarán hasta que consigan lo que quieren.

¿Dos?

—¿Qué sucede? —indago y ella conecta las bocinas a la computadora de inmediato, coloca el altavoz desconectando los audífonos mientras mi cara se arruga, la piel se me eriza, los músculos se me tensan en un mísero instante.

¿Qué diablos?

—Ya ha pasado mucho tiempo... Querido hijo.

Esa voz...

Intento controlar mis respiración pero me quema el pecho y siento que me ahogo. Mi cuerpo se congela de golpe, escalofríos eléctricos pasan por mi columna vertebral paralizando cualquier tipo de reacción.

Tranquilízate Jungkook, no te doblegues otra vez. —me recalco.

—¿Qué demonios quieres? —me mantengo firme pero las manos me tiemblan, un milagro hace qué permanezca en pie. Namjoon y Taehyung me miran asombrados pero preocupados por mi estado.

—¿Esa es la forma de hablarle a tu padre? —ríe irónicamente —Qué desperdicio, yo no te he enseñado esos modales.

—¿A qué juegas? —me exalto —¿O es que piensas que soy tan estúpido para no darme cuenta de tus planes? Me estás provocando ¿Y sabes qué? —mi garganta arde, pica pero no voy a darme el lujo de titubear, no ahora. —Me importa una mierda lo que quieras para mi futuro o para tu beneficio. Eres el mismo bastardo de siempre, ¿y te digo algo más? Ese fue tu error padre, pensar que soy un hombre estúpido fácil de manejar.

—No lo pienso, Jungkook. —hace una pausa —Lo eres.

—¡Estás hartándome!

—¿Vas a seguir con tu actitud de idiota? ¿Pensando que fuiste una víctima cuando fuiste tú el que nunca puso resistencia a lo que te pedía?

—¿Qué no ponía resistencia dices? ¡No me dejaste más opciones maldita sea! ¡Yo sólo era un niño!

Me estoy sofocando, el aire me hace falta cada vez más.

—Sigo pensando que eres un tonto lloron que no sabe defenderse. —suelta una carcajada. —Cómo sea, no hace falta que te escondas, sé con exactitud donde y con quien estas. —me congelo, la vista se me comienza a nublar, mi cabeza emite punzadas dolorosas. —Y como el chico débil qué eres no creo que quieras que les haga daño, ¿no es así?

—Basta.

—Tú decides, son ellos o tú. Tienes setenta y dos horas para tomar una decisión, la cual espero que sea sabía en esta ocasión. No me dejes esperando, juguetito...

La trasmisión se pierde por completo y yo poco a poco siento como mi cuerpo comienza a descender y la presión sobre mi cabeza aumenta. Quiero llorar e intento no gritar, pero me contengo. Los chicos se acercan a mi con los rostros pálidos, los latidos acelerados no pasan desapercibidos.

—¿Estás bien? —gruñe Taehyung furioso intentando ponerme de pie —¡Jungkook! ¡Maldita sea! ¡¿Estás bien?!

—L-Los matarán... —logro gesticular palabra —¡Va a matarlos si no hago algo!

Pánico es la palabra correcta de lo que se apodera de mi en estos instantes en toda la extensión de la palabra.

—Jungkook, estaremos bien. —dice Adelaida —Namjoon es un hombre preparado, podemos buscar una salida durante la madrugada de ser posible para que todos nos larguemos de este lugar.

—¡No! ¡No nos dejarán en paz! —digo muy seguro —Voy a dar la cara, no le tengo miedo. —mis emociones son frías ahora.

—No, no lo harás. —dice Namjoon enfadado.

—Quiero hacerlo, ¡tengo que hacerlo!

—¿Para qué? ¿Para que te lleven con ese demente y luego acabar con nosotros?

—Sabemos que quieres destruirlo. —continua Taehyung —Pero no podemos dejarlo al azar, no en estas condiciones.

—Vamos a devolverle el juego de la misma manera. —prosigue Namjoon mirando de reojo a Adelaida qué está cerca de él a unos cuantos pasos de distancia, ella asiente a lo dicho —Conseguiremos más información que necesitamos, entraremos a sus documentos privados con Adelaida y luego infiltraremos su basura a todos los medios de comunicación y dejarles ver sus verdaderos colores.

—Cuando el imbécil se percate de todo esto solo verá a la prensa y a la policía tras él, también tendrá tu arma en su cabeza listo para exterminarlo. —asegura Taehyung.

—Esperemos que así sea...

¿Verdad...?