© Hasta Tu Último Aliento [JJK] (1)

16. No Te Entiendo

Adelaida

Llegamos al departamento y el silencio entre Jungkook y yo pesaba mucho más que las palabras. Nadie dice nada, sólo colocó las compras en la habitación y fue directo al sofá a sentarse con un estado de preocupación.

¿Qué tipo de persona puede hacer qué Jeon logre ponerse de este modo?

Trato de fingir que todo esta bien una vez empiezo a arreglar todo lo necesario que me ha comprado, pero por alguna razón en mi cabeza no puedo dejar de sentir impotencia y amargura del hecho que me haya defendido y no pude darle un gracias por lo menos.

El tiempo no deja de pasar con lentitud y mi mente persiste en por que razón ese chico se puso de tal manera, su rostro palideció en ese instante, fueron muy pocos segundos pero pude ver miedo en su mirada. Doy vueltas en mi cama tratando de descansar al menos un momento pero no logro conciliar el sueño por más que lo intento.

Necesito entender que esta pasando, averiguar que le dijo ese hombre a Jeon y sobre todo, protegerme de todo este embrollo antes de que sea demasiado tarde.

[...]

Jungkook

Estoy harto, la cabeza me palpita con fuerza, me sigue dando vueltas, me siento mareado después de saber que ese hombre me está buscando una vez más, siento el ambiente asfixiante.

Tal ves no soy un hombre de paciencia, cuando quiero algo simplemente lo consigo como se me da la gana pero ese imbécil no puede regresar a mi vida, no puede, ¡no más!

Paso las manos por mi rostro tratando de controlarme y pensar en otra cosa pero por más que lo intento simplemente me es complicado. El sonido de la puerta de la habitación abriéndose interrumpe mis pensamientos, volteo y lo primero que veo es a Adelaida con dirección a mi.

—Jungkook... Antes que nada, gracias por lo de antes, por defenderme de ese hombre que sólo llego y nos hizo pasar un mal momento. —hace una pausa —Pero...

—¿Qué ocurre?

—Necesito respuestas.

No respondo, sólo la observo con detenimiento.

—Quiero saber que está pasando, ¿Qué fue todo eso? ¿Por qué estás tan preocupado?

—Adelaida, yo...

—No me iré hasta que respondas.

Me molesta ver como da un paso adelante pensando que puede conmigo, soy alguien difícil de manejar y no lo niego. Joder, se le ve en la cara que sólo quiere que le responda con la verdad y nada más que la verdad.

No tiene por qué saber de esto, no es algo que le incumba en lo más mínimo. Me levanto del sofá y camino para estar frente a frente y por impulso retrocede, sin bajarme la mirada

—Contaré hasta tres —gruño —Si no te has ido entonces no respondo.

—Sólo te estoy pidiendo respuestas.

—Uno...

—¿Acaso estas loco? ¿Es necesario todo esto?

—Dos...

Tiembla.

—¡Maldita sea! ¡¿Qué demonios me escondes?!—escupe con enfado —¿Mataste a alguien o qué carajos?

Si se entera de lo de ese chico definitivamente estaré en problemas.

Joder, ¡eso no!

Reniego una y otra vez de estar en este maldito momento. Reniego sin descanso la ira qué me corcome.