XVI: Comportamiento Extraño [Parte 2]

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-Bella POV-

Entré a la cafetería como era ya costumbre acompañada de Angela, quién mencionaba sus opciones para escribir su columna en el periódico escolar. Me detuve al ver a los Cullen en su mesa habitual, hablando entre ellos, el primero en voltear a verme fue Edward y como piezas de dominó uno a uno terminó observándome con expresión seria, a excepción de Alice, quien decidió sonreírme. 
Retomé mi camino hacia la mesa con mis amigos, les sonreí y me senté.
— Hay un nuevo karaoke en Port Angeles, dicen que está a otro nivel. Dijo Tyler.
— He escuchado de ese lugar, deberíamos ir, dijo Jessica extendiendo la invitación a todos en la mesa ¿viernes por la noche?
— Debo trabajar respondí.
— Estoy seguro de que puedo hablar con mi madre para que estés libre. intervino Mike de inmediato.
— Beneficios de salir con el hijo de los dueños Canturreó Eric.
Mike le dio un codazo que le hizo toser.
— N-No estamos saliendo ¿verdad, Bella? No digas estupideces. Balbuceó apresurado, como si lo hubieran expuesto.
— Viernes por la noche. le confirmé a Jessica, quién sonrió satisfecha.
— ¿Alguien más se anota?

El timbre sonó, tomé mis cosas y salí del aula. Angela se apresuró para llegar a mi lado.
— Bella te puedo asegurar que este libro volará tu mente, es muy tu estilo.
— ¿Mi estilo?
— Si, ya sabes, suspenso, misterio y finales trágicos.
— ¿Por qué asocias eso conmigo? pregunté sonriendo.
— No lo sé, siempre me has dado esa vibra, sonrió tímida ¿te he ofendido? Si es así puedo recomendarte todo lo contrario... 
— No, no, no tranquila, me gusta.
— ¡Perfecto! Te lo traeré mañana.
Podría jurar que Angela dio un pequeño salto de la emoción.
— Guapo guardaespaldas al frente. Canturreó Jessica pasando por nuestro lado. Esta vez llegó temprano.
Me paralicé al verlo, a unos metros de distancia, con ropa del día no el uniforme que habitualmente portaba.
— ¿Qué demonios? murmuré por lo bajo.
Dudé si avanzar hacia él o retroceder, pero él ya caminaba hacia mí.
— Vamos. le dijo Jessica a Angela llevándosela de ahí.

— ¿Qué haces aquí? le encaré.
— Llevarte a tu trabajo.
— Charlie vendrá por mí. dije firme.
— Él me pidió que viniera por ti. dijo sonriendo.
— Vistes... diferente.
Le observé de pies a cabeza, los tonos oscuros eran su color. Manga larga negra al igual que su pantalón.
— Si quieres decirme que me veo bien, solo dilo.
Este sonrió ante el comentario irónico, pero yo me mantuve seria. Alerta ante cualquier paso en falso que diera. Me tomó del brazo y tiró, haciendo que caminara a su ritmo. Inició una conversación casual para disimular.
— ¿Qué tal estuvo el día? ¿Ya comiste algo?
— No me iré contigo. dije con un nudo en la garganta.
Tensé el cuerpo, recordando el incidente de la casa. Tenía un extraño presentimiento de que Charlie no lo había mandado en esta ocasión, había cambios, pequeños pero notorios.
— No digas tonterías, Bella. dijo tranquilo.
— No quiero. intenté zafarme, pero solo apretó más.
Volteé desesperada, buscando a alguien que notara lo que estaba sucediendo, todos estaban sumidos en sus actividades. Pero hubo alguien, esos ojos color miel me observaban, Edward Cullen no sería mi primera opción, pero era mejor que ninguna.
— Ayuda. gesticulé con los labios sin que mi voz se escuchara.
Vi a Jasper de nuevo, estaba encubriendo bien la escena.
— Por favor, suéltame te seguiré lo prometo.
— Deja de hacer una escena y camina hacia el auto. dijo ya sin paciencia, el tono amable se había terminado, al igual que su sonrisa.
Alguien se cruzó en nuestro camino, deteniendo a Jasper de inmediato. Edward estaba frente a nosotros con una expresión serena.
¿Cómo había llegado tan rápido?
Vi de nuevo hacia su auto, donde estaba un par de segundos antes y en su posición actual.
— Bella, olvidaba por completo el proyecto de biología ¿tienes tiempo? preguntó Edward, tardé un par de segundos en seguirle el juego.
— Claro, de hecho...
— Ella tiene que trabajar. Nos interrumpió Jasper.
Ambos se sostuvieron la mirada en un incómodo silencio, ninguno cedía.
— Bella dijo que la dejaras en paz. dijo después de unos segundos, con tono autoritario.
Jasper finalmente me soltó, ni siquiera sentí cuando dejé de respirar hasta que volví a hacerlo.
— Sígueme. murmuró Edward colocando una mano en mi espalda, encaminándome hacia su auto.

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