Día 4 y 5: Nido/Feromona

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Lo que está entre //barras// son recuerdos.
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--Ahh~Ah... -los jadeos cada vez eran más sonoros mientras se masturbaba- Cara-jo...

Su respiración era muy errática, ya no podía seguir con su pequeño berrinche de no aceptar la ayuda de Izuku.

¡Pero que Alfa en su sano juicio armaría un maldito nido como método de refugio!

Cada vez estaba de mal en peor desde que se descontroló un poco en la academia y por suerte nadie lo vio.

Aquel día en que quiso alejarse de Izuku y no pudo.

Siempre terminaba recostado sobre su pecho aspirando sus malditas feromonas que ayudaban a calmar su ansiedad.

//--Kacchan -aún estaba medio consciente cuando le hablo- Quería disculparme contigo y con tu lobo, jamás los desecharía. ¿Y sabes por qué? -aquella sonrisa lo hizo sonrojar- Eres mi mejor amigo, pero debo confesar que... //

//Maldita la hora en que su animal despertó para escuchar al pecoso y treparse en él para darle un intenso beso que recordaba perfectamente, al igual que cuando despertó la parte animal de Deku quien lo acorralo en una pared para comenzar a retirarle su parche junto con el de él.//

//--Mío -pronunció en un excitante gruñido. //

Esas palabras, ese tono, hasta ahora se estremece de placer por recordarlo.

Sabía bien que trato de luchar para ser quien lleve las riendas de todo eso, pero Izuku lo inmovilizó para lamer la marca seca y dejar una nueva, obteniendo la sumisión total de su parte.

Afortunadamente, no intento algo más ese día, solo lo mimo como su lobo quería mientras sus aromas marcaban al otro.

Como carajos iba a aguantar el fin de semana sin la presencia de Izuku.

Su maldito lobo se volvió muy dependiente a él y eso al rubio le fastidiaba.

--Kacchan, ya estoy aquí, por favor abre la puerta -dijo en un tono preocupado.

--Lárgate IDIOTA!! -su lobo quería correr a sus brazos, pero él se negaba. No quería ser el juguete de ese maldito Deku ni de nadie más.

¡Él era un Alfa, Joder!

Nunca pensó en la posibilidad de que ahora estén enlazados.

Su lobo podía detectar las feromonas de Izuku a cualquier distancia y viceversa.

Y como ahora estaba botándolas a lo loco por toda su habitación, él lo sintió y vino de inmediato.

--No me iré, algo te está pasando, solo dime qué es. -quería derribar la puerta como lo hizo para entrar a su casa, pero debía respetar su espacio.

--¡No te atrevas a entrar! -grito mientras liberaba más feromonas y se escondía debajo de toda la ropa que había sacado de su armario.

Su estómago dolía y su erección también, quería saciar sus deseos solo, pero todo era en vano.

Al sentir las feromonas del pecoso, todo se calmó. Se sentía tan bien, tan cálido, que no lo pensó dos veces para pararse e ir hacia la puerta donde se podía sentir más fuerte el aroma a roble que inhaló gustoso, aunque le fastidiaba un poco la nariz por lo mismo que es el aroma de otro Alfa.

--¿Qué me está pasando? -preguntó como si Izuku tuviera la respuesta- Esto no es normal.

--Lo sé, y creo que todo es mi culpa por marcarte en mi rut aprovechando tu posición en la cadena.

--No, para empezar, jamás debí entrar ese día. -apretó su puño contra la madera sintiendo un débil dolor en su pecho.

--... ¿Te arrepientes? -su voz fue casi inaudible- ¿Quieres que me vaya para siempre? Lo haré si así lo pides.

Ahora como podía decirle al pecoso que él lo quiso en su adolescencia, por eso espero que los resultados de Izuku dijeran que era un Beta o un Omega para poder cortejarlo, pero al resultar los dos Alfas su ilusión se rompió.

Y ahora también lo perdería así.

Abrió la puerta y sus garras se asomaron para poder defenderse del otro como un instinto natural.

Sus ojos se pusieron de un dorado intenso antes de verlo a los ojos sin perder la consciencia.

--No te vayas -sonaba lastimado- Te queremos, por favor, no nos dejes.

Tomó la mano del contrario para meterlo a su habitación y luego invitarlo a su nido.

El pecoso miró extrañado todo, pues que un Alfa realice eso es en casos muy raros y extremos. Por lo general su orgullo se los impedía y solo requerían de eso siendo cachorros.

--¿Puedes quedarte estos días? -preguntó algo apenado- Tienes que hacerte responsable de lo que me has hecho -su mirada estaba puesta en otra parte y podía sentir a su lobo feliz.

--Claro, lamento todos los problemas que te estoy causando. -entro en aquel nido con cuidado de no dañar nada y poder abrazar al rubio quien suspiro mientras restregaba su cabeza con la suya.

Volvió a suspirar antes de mirar al pecoso como buscando algo, pero inmediatamente se quitó para poder echarse bien, dejando al pecoso algo confundido.

--Quítate la casaca y dámela. A mi nido le falta tu aroma -ordenó el lobo de Katsuki quien al recibir lo que pidió se sonrojó por oler el aroma impregnado en la ropa- Deku... -su cuerpo empezaba a ponerse deseoso por estar los dos en un lugar tan íntimo como lo es un nido.

Se sacó el polo que llevaba para ponerse la casaca del otro y subírsele encima.

--Sé que también lo sientes. Se que quieres hacerme tuyo. Y más ahora. Esta vez soy consciente de lo que pasa.

Juntaron sus labios para comenzar con algo tranquilo e ir subiendo la intensidad de a pocos.

--Kacchan -hablo el pecoso una vez que detuvo al rubio- Eres un Alfa, ¿Estás seguro de esto?

Katsuki lo medito un rato y si bien teme de lo que le pueda pasar tampoco se quería echar atrás como un cobarde.

--¿Acaso te da asco? -respondió con otra pregunta- Piensas que lo permitiría si no estuviera seguro.

Eso fue todo lo que Deku necesitó para invertir las posiciones y sacar sus colmillos para volver a marcarlo, escuchando un jadeo de parte del otro, quien se quedó quieto mientras sentía el miembro del pecoso rozando su culo.

ContraNatural (DkBk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora