Jamás me ire de su lado

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Todo se sentía muy cálido para cierto Alfa cenizo que iba despertando de un reconfortante sueño, pues gracias a las feromonas de Izuku que estaban en su habitación ahora su lobo se sentía extrañamente protegido.

Abrió los ojos con pereza, parpadeando un par de veces y estirándose en un gran bostezó.

Acarició las prendas de su nido antes de notar que faltaban unas cuantas y eso le molestó, pues la inseguridad de no poder proteger su sitio de confort se apoderó inmediatamente de su cuerpo haciendo que se siente de golpe, pero cayendo nuevamente al sentir un dolor insoportable en su espalda, caderas y sobre todo en su pobre ano desgarrado.

--Mierda -se quejó, pues dolía como el infierno poder siquiera moverse- ¡¡DEKU DE MIERDA, VEN AQUÍ HIJO DE PERRA!! -grito, pues sentía que el pecoso se encontraba en casa y no fue sorpresa el sentir el cambio de feromonas en el ambiente.

Para cuando el pecoso llegó encontró al cenizo con los ojos de un rojo intenso rodeado de un aura asesina que lo hizo temblar.

--¿Por qué te quedas en el marco de la puerta? Imbécil -dijo con la voz más neutral que pudo- Sabes que estás muerto ¿Verdad? Por eso no quieres venir -pequeñas lágrimas descendieron de sus ojos causando que Izuku se preocupe y su lobo le dijo el porqué.

“No debimos tomar ropa de su nido, ahora está frustrado y no nos dejará estar con él”

--Quién carajos te dio derecho de destrozar esto -dijo mientras pasaba su mano sobre las prendas rasgadas, pues por el enojo termino por destruir todo, aunque su lobo chille por dentro- ¡¡LÁRGATE DE MI PUTA CASA!! NO QUIERO VER TU ESTÚPIDA CARA ¡¡¡LARGO!!!

A pesar de lanzarle cosas a la cara, Izuku no retrocedió, sino que avanzo hasta posarse al frente del rubio, quien comenzó a llorar desconsoladamente.

--Confíe en ti -dijo entre sollozos- Y tú... Tú lo destrozaste -Esta vez las feromonas del pecoso causaron un efecto contrario haciéndolo enfurecer más.

--Tuve que lavarlas, no podía dejar que durmieras con ropa manchada de semen y sangre.

--¡¡Que importa, igual no debiste imbécil!! -grito mientras sacaba sus garras para hacerle un par de cortes en el brazo y uno de esos rozo su mejilla causando una leve herida- ¡¡¡¡LARGATE!!!! -volvió a gritar lo más que pudo mientras liberaba una fuerte cantidad de sus propias feromonas para hacer que Izuku saliera, ya no era bienvenido en su cuarto, no le importaba si el día anterior estuvieron cogiendo hasta cansarse, no pensaba perdonarlo, al menos no por un buen tiempo.

--Nos equivocamos y lo sentimos, no debimos tocar tu lugar seguro.

--Pensé que podría estar a su lado tranquilamente, pero él tenía razón, no debimos confiar en ustedes -se cubrió los ojos antes de emitir dolorosos sonidos de tristeza.

El lobo de Izuku no lo quería dejar, por lo que lo abrazó mientras el rubio se removía entre brazos tratando de soltarse.

--¡NO TE ATREVAS A MORDERME DE NUEVO!

--Solo tranquilízate, ¿Sí?

--Me duele que él tenga razón, dos Alfas no deben estar juntos. Mira lo que nos has hecho, no es normal. NADA ES NORMAL.

Las patadas al aire pararon solo para rasguñar con fuerza el pecho del pecoso, sacándole sangre que asustó al rubio, pues no tenía la intensión de abrirle otra herida.

--Tú ganas, me voy. -dijo con tristeza. Le daría su espacio, aunque el corazón se le destrozara.

Se alejó viendo la expresión de desesperación, dolor y tristeza en el rubio, quien escondió su cara en la cama.

ContraNatural (DkBk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora