Explotar

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Jeongyeon abrió la puerta del primer salón vacío que vió y después de que entró junto a Chaeyoung, lo cerró.

— ¿Pasó algo con Mina? — interrogó.

— No, nada. ¿No íbamos a buscar tu celular? — intentó cambiar de tema.

— Si no pasa nada entonces ¿Por qué te comportas distante con ella? — cuestionó. — ¿Acaso es porque ver a Mina te recuerda haber conocido a tu suegro en la comisaría?

— ¡N-no es mi suegro! Quisiera... — murmuró lo último. — Está bien, te voy a contar.

Unos minutos después

— ¿¡El padre de Mina te amenazó!?

— No me amenazó, solo mandó a su mayordomo a decirme que me aleje de Mina porque soy una mala influencia, y si no me alejaba cambiaría a Mina de preparatoria.

— ¿¡No te das cuenta que te está amenazando con separarte del amor de tu vida!? — para Jeongyeon eso claramente era una amenaza.

— Estoy bien Jeongyeon, mientras todavía pueda ver a Mina seré feliz. De todas formas, lo mío con ella es imposible. — le dió una sonrisa tratando de aparentar que no le afectaba.

Jeongyeon suspiró, sabía que su amiga solo estaba reprimiendo sus sentimientos y eso era algo que realmente odiaba ver. — No trates de ocultar lo que sientes porque tú a mí no me engañas Chae. — abrió sus brazos al ver que la sonrisa temblorosa de Chaeyoung se deformó a un rostro lleno de tristeza. — Ven aquí.

Chaeyoung fue rápido a los brazos de Jeongyeon y rompió a llorar. En serio la ponía triste que el padre de Mina la viera de una mala manera, ella quería demostrar que podía ser una buena persona para Mina, pero eso terminó. Sabía que el padre de Mina no le daría una oportunidad.

— ¿Q-qué puedo hacer J-jeongyeon? ¿D-debo renunciar a ella?— dijo tratando de recuperar el aliento.

— Yo creo que aunque su padre no te quiera cerca, es Mina la que decide con quién estar. No te rindas con ella.

Enserio que Jeongyeon podía decir idioteces como también cosas brillantes, le dió el consejo que necesitaba. No rendirse.

— E-entonces...

— Habla con ella, si la ignoras podrías perderla para siempre.

Chaeyoung ahora tenía claro una cosa.

Quiere el amor de Mina.

Y lo iba a obtener por más difícil que sea.

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— ¿¡Mi padre te amenazó!?

— No, bueno sí, n-no sé. — Chaeyoung aún no estaba segura de que eso fuera una amenaza.

Mina soltó un suspiro sintiéndose aliviada de que Chaeyoung no la haya ignorado porque estuviera molesta. Espera... ¿Por qué se sentiría aliviada de que Chaeyoung no esté molesta? ¿Desde cuándo le importaba cómo se sintiera esa chica que solía acosarla? Algo andaba mal con ella y no supo cuándo fue que pasó de ignorar a Chaeyoung a que ahora quiera estar con ella... ¿¡Quería estar con ella!?

— Mina, ¿En qué piensas?

— A-ah... yo... ¡Hablaré con mi padre! — se acordó lo que quería decir. — Él no tiene derecho de decidir quiénes pueden ser mis amigos. Además, él piensa que tú me incitaste a escapar. Le explicaré lo que realmente pasó y le dejaré en claro que serías incapaz de matar a una mosca. — soltó una pequeña risa al ver la cara ofendida de Chaeyoung.

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Cuando Mina llegó a casa, fue directamente a la oficina de su padre para que de una vez pudiera arreglar las cosas.

— ¡No puedo creer que se haya atrevido a ignorar mi advertencia! — el señor Myoui golpeó con la palma de su mano el escritorio, haciendo notar su molestia.

— Papá, no sabes lo mal que me sentí cuando me ignoró en todo el día. ¡Ella solo me lo contó para que no me preocupara! ¡No tienes porqué juzgarla mal!

— ¡Si fuera una buena chica no hubiera hecho que terminaras en la comisaría!

— ¡Ella me defendió! ¡Fue culpa de esos pervertidos y de esos policías ineptos que terminara en ese lugar!

— Eso es un tema aparte. En primer lugar, nada malo te hubiera pasado si no te hubieras escapado gracias a esa chica.

— ¡Agh, estúpida Chaeyoung! ¡Tendrías que haberte negado a ayudarme! — gritó de repente Mina asustando a su padre. — ¡No tienes ni idea de lo mucho que me irrita que sea tan buena como para decir que no, eso la hace una gran idiota pero no puedo molestarme con ella porque tiene una cara tan inocente que sería como gritarle a un niño! — soltó Mina de lo frustrada que se sentía.

El señor Myoui nunca había visto explotar así a su hija. Era innegable que ahora sentía curiosidad por esa jovencita llamada Chaeyoung.

— Amh yo... solo... — se dió cuenta que hace un momento perdió el control. — Dile que no necesita alejarse de mí, ¿Por favor? — suavizó aún más su voz por la vergüenza de haber dicho todas esas cosas delante de su padre.

— Lo tendré en cuenta, pero primero dile que venga a cenar mañana y veré con mis propios ojos si ella es buena o no. — dió por finalizada la discusión.

Era muy desconcertante la rara propuesta de su padre, pero lo aceptó. Mañana él se daría cuenta que Chaeyoung no era una mala influencia, asi que esto era algo bueno.

¿O no?

𝐐𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐓𝐮 𝐀𝐦𝐢𝐬𝐭𝐚𝐝 || Michaeng Donde viven las historias. Descúbrelo ahora