—No, no. La próxima vez no voy solo, mamá —dijo el canario—. Viene una amiga conmigo.
Mientras tanto, Olivia estaba tumbada en el sofá del chico mientras veía algunos vídeos en tiktok. El noventa por ciento trataban de Pedri y ella. Habían salido fotos que ni ellos sabían que existían. Incluso la del beso en el concierto.
—Sí, sí. Te va a encantar, hazme caso. Quiero comprar los billetes pronto, cuando termine el parón de selecciones y tenga un par de días libres.
Olivia sonrió al oírle. Aún le sorprendía lo que estaba sucediendo entre ambos. Pronto le llegó una notificación de WhatsApp.
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Estoy yo aquí viendo tiktok.
Porque tremendo vicio.
Que sabes a qué hora entras, pero no a la que sales.
Totalmente cierto eso que acabas de decir.
Creo que sé lo que me vas a contar.
Os tienen súper fichados, eh.
Es que es brutal.
También te digo, raro es que no saliese antes la del concierto.
Ya.
Eso sí es verdad.
Pero no sé.
Es raro.
Ahora tengo a un montón de crías en mi Instagram diciéndome que me odian.
Que Pedri no es para mi.
Y mil mierdas más.
Eso te tiene que dar igual.
¿Tú quieres que sea para ti?
Claro que quiero que sea para mi.
No me jodas.
Hasta está hablando con su madre para decirle que cuando vaya a verles, voy yo con él.
