►𝐓𝐞𝐠𝐮𝐞𝐬𝐭𝐞, 𝐄𝐬𝐩𝐚ñ𝐚. 𝟏𝟕 𝐝𝐞 𝐎𝐜𝐭𝐮𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝟐𝟎𝟐𝟑.
—Vaya viaje me has dado.
—El mismo que tú a mí. Era feliz viendo la película que me había descargado, ¿sabes?
—Tremendo peliculón es Endgame, eh —comentó Fer, el hermano de Pedri.
—¿A que sí? Gracias —dijo la rubia de forma obvia.
—Bueno, pregunta seria —Fernando miró al pequeño—. ¿Cómo la vas a presentar?
—Como lo que somos, amigos.
—Bueno, yo he visto actitudes que no son de amigos, precisamente —sus ojos pasaban de uno a otro.
—Como mucho has visto besos, y no vas a abrir la boca delante de nuestros padres, ¿entendido?
—Me lo tendré que pensar. ¿Estás nerviosa, Oli?
—Cagada —reconoció antes de reír—. Estoy cagada. A mí es que estás cosas me ponen muy nerviosa. Cuando conocí a los padres de Gavi y Naia iba casi temblando.
—Ay, qué bien me lo voy a pasar como os pillen en un renuncio —Fernando soltó una carcajada—. Qué hambre tengo, tío.
—¿Tienes las llaves de la casa?
—Sí. Soltamos las maletas, y vamos a la Tasca. Y comemos, porque yo voy a morder a alguien —los tres rieron.
Al salir del aeropuerto, se montaron en el primer taxi vacío que vieron.
—Se llaman Rosy y Fernando, lo máximo que te puede pasar es lo típico. Que te digan que no le hagas daño a su niño, y que mi madre te obligue a comer croquetas porque estás muy delgada.
—¿De verdad estoy así? Yo me veo bien.
—Para ella todos estamos en los huesos —explicó Pedri—. Estás perfecta. Eres perfecta.
—Y me dice que no sois nada, ¿te lo puedes creer?
—Cuando conoció a mi familia, también le presenté como a un amigo. Así que sí, me lo creo —explicó la rubia—. No es nada nuevo. Pero... Los dos sabemos que no somos solo amigos.
—No tenemos una etiqueta oficial todavía —añadió Pedri.
—¿Pero la habrá tarde o temprano?
—Es posible —Olivia se encogió de hombros y sonrió—. Aunque no sé si será más temprano que tarde.
—Cuando llegue. Tú déjate llevar.
El trayecto se les hizo rápido, tanto que prácticamente en un abrir y cerrar de ojos estaban ya en su casa. Entre los tres le pagaron al taxista, y se bajaron del vehículo.
—Qué ganas tengo de ducharme, dios mío —dijo Pedri.
—Yo también me quiero duchar —comentó Olivia.
—Bueno, mientras "ahorráis" agua, yo voy a tumbarme en el sofá —añadió Fer mientras se estiraba ligeramente—. Cuando terminéis limpiad bien.
—No... No hace falta que nos duchemos juntos —dijo Olivia con vergüenza, se sonrojó, y Pedri rió.
—De momento vamos a mí cuarto a soltar las cosas, venga —ambos fueron a la habitación del chico—. ¿Quieres ducharte tú primero?
—No, no te preocupes. Entra tú y yo voy después.
—¿Segura?
—Que sí, tranquilo.
—Y... ¿segura que no quieres que nos duchemos juntos? —de nuevo, se sonrojó.
ESTÁS LEYENDO
Columbia ||Pedri González||
Random"Se le escapó un 𝐓𝐞 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 a la que no quería nada".