►𝐅𝐥𝐨𝐫𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚, 𝐈𝐭𝐚𝐥𝐢𝐚. 𝟐𝟕 𝐝𝐞 𝐃𝐢𝐜𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝟐𝟎𝟐𝟑.
—Tienes la nariz y las mejillas que parecen tomates.
—Mi hermano lleva riéndose de mí por eso toda la vida —comentó Olivia—. Pero vaya, que tú tampoco es que estés mucho mejor que yo.
—¿Te puedo decir una cosa sin que te rías?
—Adelante, dispara.
—El otro día me hizo muchísima ilusión verte en el estadio con mi camiseta —ella sonrió.
—Lo hice por eso mismo. Un gran esfuerzo para mí, merezco una recompensa —el chico soltó una carcajada y la abrazó por los hombros—. En realidad mereció la pena. Es que me acuerdo de tu cara al verme y me dan ganas de volver a hacerlo.
—¿En serio?
—Sólo si se queda en secreto entre tú y yo, y mi padre no se entera.
—Bueno, tú, yo y otros cinco más que son amigos nuestros.
—Por su bien, más les vale no abrir la gran bocaza que tienen —se acercaron a uno de los puestos de comida que habían en la plaza debido al mercado navideño.
—Buon pomeriggio, ragazzi —dijo el vendedor.
—Buon pomeriggio. Posso avere due crêpes ripiene di nutella, per favore?
—In marcia, bellissima.
—¿Sabes una cosa? Me encanta oírte hablar italiano —Olivia rió.
—Si quieres me comunico así contigo a partir de ahora.
—Sí a todo menos al divorcio, Dios.
—Due crêpes per la coppia più bella che è passata di qui oggi —el hombre les tendió dos bandejas.
—¿Qué ha dicho?
—Que somos la pareja más bonita que ha pasado hoy por aquí —la rubia le entregó a Pedri su bandeja—. Grazie mille, buona notte —con una sonrisa, le entregó el dinero y continuaron con su canino—. Mis padres nos traían siempre a Guille y a mí en Navidad aquí.
—Es que vivíais muy cerca.
—Totalmente.
—¿Pero no lo tenéis alquilado o algo?
—No. Este año porque mis abuelos han sido los que han ido a España, pero por norma general solemos pasar aquí la Navidad todos juntos. En casa de mi abuela, concretamente. Y bueno, suelo venir aunque sea un par de días cada vez que puedo.
—Menuda fantasía.
—La verdad es que sí. ¿Volvemos al piso? Que tenemos algo pendiente.
—¿Los regalos?
—Los regalos.
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—Bueno, este es para ti —Olivia le dio una taza de chocolate a su chico antes de sentarse a su lado en el sofá—. ¿Quién empieza?
—Tú, que parece que se te va a salir el corazón por la boca —ella rió y le dio la caja.
—Por si te lo estás preguntando, no hay ningún test de embarazo positivo dentro acompañado de un chupete o una camiseta que ponga "Quiero a mi papi" —aquel aviso hizo que Pedri soltase una carcajada.
—Está bien saberlo —abrió la caja, y vio un cuaderno de color negro. Al abrirlo y ver todas las fotografías con su novia desde el día en que se conocieron hasta el actual. Había frases escritas debajo de cada fotografía, y había algunas que él ni siquiera sabía de su existencia, al igual que ella; pero que descubrió cuando le pidió ayuda a sus amigos—. Un día de estos me vas a hacer llorar —Olivia rió y le dio un beso en los labios.
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Columbia ||Pedri González||
Random"Se le escapó un 𝐓𝐞 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 a la que no quería nada".