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¿Por qué no contestabas mis llamadas?

Fue lo primero que Chaeyoung escuchó de su novia cuando después de un arduo día de trabajo que la Señora Kim, realmente estaba exhausta y solo quería dormir, su celular se había descargado así que cuando llegó inmediatamente lo puso a cargar, viendo como su bandeja de entrada se llenaba de varias llamadas perdidas de su novia.

— Se me descargó mi teléfono, acabo de ponerlo a cargar. — Dijo mientras colocaba el altavoz para comenzar a despojarse de su ropa y cambiársela por una pijama. — He tenido un día muy largo, recién llego del trabajo.

Espera. ¿Trabajabas y no me dijiste? — En el tono de voz de su novia se podía notar cierta molestia.

Chaeyoung suspiró mientras se colocaba su pantalón de pijama.

— Apenas empecé hoy. Te lo iba a decir mañana en clases.

Ah, ya veo.

— Mina, Cariño. No te enfades de nuevo. — Tomó el celular en sus manos y se acostó en su cama.

No me enfado, Chae. Es solo que me preocupé al no contestarme el teléfono. — Una sonrisa se formó por los labios de Chaeyoung al escuchar a su Minari decir aquello. — Te extraño... ~ — Canturreó una Mina desde la otra línea.

Son río por lo bajo, su novia en serio que era un algodoncito de azúcar cuando hablaba con ella.

— Y yo a ti, bebé. — Respondió antes de soltar un beso al aire.

No soy una bebé. Tu eres mi bebé, Chaengie.

— Ay, ajá. Que bebé más grande tienes.

El que tu me vas a hacer... — Chaeyoung sintió que el aire se salía de sus pulmones y que sus mejillas se tornaban un tono carmesí.

— ¿Q-Qué? — Titubeó mientras sentía que su ostro ardía más de lo normal.

¡Es una broma, tigresa nerviosa! — Pronto se escuchó la risa de Myoui burlándose de su novia.

— Ay, en serio yo creí que-

Porque la que te va a hacer un bebé soy yo. ~ — Y si eso no era suficiente para que algo dentro de Chaeyoung palpitara y no solo su órgano vital, las siguientes palabras si lo harían. — No puedo esperar por hacerte mía, tigre...

— Ay, pe-pe-pero. ¿¡Mina, qué dices!? — Chilló apretando sus piernas nerviosas, realmente jamás se había sentido tan... tan... Ni ella sabía cómo se sentía. Solo sabía que era una mezcla de confundida, nerviosa, caliente y algo desesperada. ¿Qué rayos era eso?

Y nuevamente la risa de su novia no se hizo esperar, pero esta duró más de lo debido. Realmente Chaeyoung no tenía ganas de reírse porque en ese momento había algo que no le daba gracia, tal vez ese malestar en su entrepierna... Ese cosquilleo, ese pulso. ¿Por qué Carajos no sabe lo que sucede con ella?

Chaengie. ¿Sigues viva? O ya convulsionaste de los nervios. — Nada, ni una sola por respuesta por Chaeyoung que seguía manteniéndose de piernas cruzadas, pudo jurar que sintió como algo mojaba sus bragas que llevaba ese día. — ¡Ay, ya. tigre! Es solo una pequeña broma, no exageres. Tontita.

¿Qué no exagerara? Que viera el desastre que ahora había creado en ella para ver si iba a decir lo mismo.

Chae... Contestame... — Y fue cuando Chaeyoung reaccionó, volviendo a llevar su celular a su oreja.

— ¿Te crees muy graciosa, no? — Preguntó con el entrecejo arrugado, lo que había provocado Mina no era algo muy gracioso que digamos.

No me creo, Chaengie. Lo soy. — Respondió con total sinceridad la Japonesa mientras al fondo se escuchó su pequeña risita.

— Que te jodan... — Murmuró Im.

¡Ese vocabulario jovencita...! — Exclamó juguetona Myoui — Creo que tendré que darte una lección por ser una chica mala...

¿En serio esa era su Mina?

Porque si habían sustituido a su tierna y dulce novia, debían decírselo antes de que su interior se volviese loco. Chaeyoung ya no aguantaba más, apretaba sus piernas más de lo debido, y reprimía su mente ante todo lo obsceno que se le venía a la cabeza.

— ¡Mina ya basta! No me está gustando este juego de mierda. — Mordió sus uñas mientras calmaba su respiración agitada, que no quería que fuera escuchada por la Japonesa.

Vaya que eres una niña muy mala Chae... No deberías hablarle así a tu Mommy. — Esta vez Mina había utilizado un tono ronco y muy deleitoso para el gusto de Chaeyoung quien tuvo que morder una almohada para reprimir un gemido frustrado que quería salir de su garganta.

Claro que era una chica mala, una niña muy mala a la cual debían darle su merecido por ser tan rebelde. Y si venían de Mina sería un placer decir tantas palabrotas como quisiera.

— Mina, basta...

Ay, que sensible. Es solo una bromita. — Admitió Mina con algo de burla en su voz.

— Si, pues. No me gusta mucho tu bromita, eh. — ¿Estaba sudando con el aire encendido? — Te debo dejar.

¿Tan pronto? Yo quería seguir hablando contigo.

— Mi mamá me está llamando debo ir a verla. — Mintió.

Bueno. Descansa pequeña, te amo mucho, Chaengie. — Y allí había vuelto ese lindo y dulzón tono de Mina, ese que pudo calmar a Chaeyoung por unos segundos.

— Adiós, bebé. Yo también te amo.

Sueña conmigo...~

— Lo haré.

Y espero que en ese sueño te esté jodiendo muy bien, bebé.

Dicho esto su novia colgó la llamada dejando a una Chaeyoung aún más nerviosa y desesperada, nerviosa porque no sabía lo que pasaba, y desesperaba porque debía arreglar ese problema en sus bragas de inmediato.

Pero lo que la mayor no sabía era que quien estaba detrás del "Jueguito" de Mina, era la amiga de ésta, Sana. Quién después de Mina cortara la llamada, amabas se echaron a reír por la reacción de la Coreana.

—¿Crees que haya funcionado? — Preguntó Mina mientras observaba la película con Minatozaki y su novia.

— ¿Estás bromeando? Tu novia debe estar volviéndose loca ahora mismo. Eso siempre funciona con mis ojitos lindos. ¿Verdad, bombón de chocolate?

— Cierra la puta boca, quiero escuchar la película.

— ¿Ves? Funciona.

Y Mina que no dudaba de la habilidad de Sana, creyó en sus palabras. Ya se las arreglaría para ver a su novia a los ojos después de eso.

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¿Me extrañaron? Jejeje

¿¡You are top!? - MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora