No me quiere

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No sabía qué decir, un lado de mí quería creerle, creer cada una de sus palabras, pero mi lado racional me decía que no confiara en lo que decía.

—¿H-hablas en serio?

—Claro que sí. —Apoyó sus manos en el escritorio, dejándome acorralado entre su cuerpo y el mueble—. ¿O es que no me crees?

—No es eso —murmuré desviando la mirada. Los nervios salían a flote al tenerlo así de cerca y la conversación tampoco ayudaba demasiado—. Es solo que a veces pareciera que no es así.

—¿Por qué lo crees? —Me miró con una ceja levantada.

—Porque desde hace semanas que casi ni nos vemos en la escuela. Mucho menos fuera de ella... —hablé entre dientes, atropellando cada una de mis palabras con la anterior, esperando que de esa forma no me entendiese, o esperando que de esa manera se me fuera la vergüenza que sentía.

—Ya te dije que me alejé porque quería que dejaran de intimidarte.

—Nunca te lo pedí —repliqué mirándolo con molestia—. Voy a estar bien mientras tenga a quienes me importan a mi lado y-

Me callé en ese mismo instante. Estaba hablando de más, ¿por qué no podía cerrar la puta boca?

—¿Estás insinuando que yo también te importo? —Me miró con una leve sonrisa burlesca.

—Si no me importaras te habría mandado a la mierda hace tiempo Tucker —dije y me crucé de brazos.

—Me siento sumamente halagado por ser considerado por el gran Kyle Broflovski. —Rio suavemente con esa voz ronca que hacía a mi estómago revolverse.

—Tampoco te sientas tan importante que el primer puesto le pertenece a Stan. —Aclaré con intenciones de mofarme un poco de él y hacerle bajar de su nube de superioridad.

—Tsk, ¿quién preguntó por el idiota de Marsh? —chasqueó la lengua con desagrado.

—Ey, te recuerdo que es mi mejor amigo —le reprendí.

—No vine aquí para escucharte hablar de él

—¿Celoso, Tucker? —inquirí con una sonrisa.

—¿Y si así fuera que harías?

Mis ojos se abrieron ante la sorpresa y mi corazón comenzó a acelerarse debido a su inesperada respuesta.

—N-no estás hablando en serio, ¿verdad? —dije golpeando suavemente su pecho junto a una risita nerviosa. A menudo hacia esa clase de bromas.

—Esta vez estoy hablando muy en serio.  —Su rostro se fue acercando peligrosamente al mío a tal punto que sentía cómo nuestras respiraciones se mezclaban entre sí.

Esto no es bueno... Tengo que alejarlo.

—Craig... No quieres esto. —Coloqué mi mano entre nosotros, impidiéndole que continuara y que no hiciera algo de lo que después se podía arrepentir.

—Sí que quiero, Kyle —dijo tomando mi muñeca con delicadeza y, de esa manera, apartando mi mano de nuestros rostros—. Y si tú no quieres puedes apartarme.

Y antes de que pudiera responder, Craig acortó la poca distancia que nos separaba y nos unió a ambos en un beso. Cerré los ojos y cedí, entregándome por completo a sus suaves labios. A medida que pasaban los segundos, el beso se iba tornando cada vez más intenso y yo trataba de seguirle el ritmo como podía. Me estremecí cuando Craig colocó una de sus manos en mi cintura,y me atrajo hasta sí como si tuviese miedo de dejarme ir. Solté un pequeño jadeo en cuanto mordió mi labio inferior, lo cual le permitió a su lengua ingresar sin problema alguno a mi cavidad bucal; allí nuestras lenguas se encontraron y se entrelazaron en un desastroso y desesperado vaivén. Mis brazos se enredaron en su cuello y mis dedos fueron a parar a los oscuros cabellos de su nuca, aferrándome lo más que podía a ellos; temeroso de lo que fuera a suceder una vez nos separemos.

Pétalos ➳ CryleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora