Pétalos ➳ Cryle

¿Me quiere?

Al llegar a casa saludé rápidamente a mi familia la cual estaba reunida en la sala viendo televisión. Desvié la mirada a mi móvil para que no observaran mi rostro y se percataran de lo hinchado que tenía los ojos. Me excusé conque tenía mucha tarea por hacer y corrí a encerrarme en mi habitación.

Una vez en ella tiré mis cosas en algún lado y me quité las zapatillas, metiéndome en la cama, refugiándome bajo el acogedor edredón. La tristeza volvió a apoderarse de mí y el llanto no tardó en reaparecer.

Dolía. Dolía demasiado.

Me odiaba por haberme enamorado de quien no debía, me odiaba por no poder odiar a Craig pese a todo el dolor que me provocaba; pero me odiaba todavía más por sentirme así siendo que ahora se suponía que estaba saliendo con Stan.

Tomé mi móvil con los ojos aguados y sorbiendo los mocos. Tenía más mensajes de Stan, a pesar de que no le había contestado los anteriores.

"Ky, ¿estás bien? ¿por qué no contestas?

¿Ocurrió algo? Estoy preocupado :("

"Estoy bien, Stan. Perdón por

preocuparte. ¿Te parece si salimos a alguna

parte mañana después de clase? :)"

"Me encantaría <3"

Me sentía mal por mentirle a Stan, pero tampoco me parecía correcto decirle que había hablado con Craig, menos que él era la razón tras mi deplorable estado.

Silencié el móvil y me volví a enrollar en las sábanas. Si la única opción para olvidar por unos momentos era dormir, definitivamente lo iba a hacer.

Abrí los ojos por culpa de los molestos rayos de sol que se colaban por entremedio de las persianas. Ya había amanecido. 

¿Cuánto tiempo había dormido?

Miré la hora en mi celular, eran las siete de la mañana. Tenía un mensaje de Stan deseándome los buenos días y diciéndome que lo esperara en casa porque iba a venir a recogerme.

Le respondí con un emoji con el pulgar arriba y me quité el edredón de encima para poder levantarme.

Me duché y vestí rápidamente.

Me angustiaba la idea de ver a Craig en la escuela, pero, con un poco de suerte, quizás no me lo topaba. No teníamos ninguna clase juntos, al fin y al cabo.

Soltando un prolongado suspiro, tomé mi mochila y salí de mi habitación para encontrarme con Stan.

Ya quedaba menos para la graduación.

—Buenos días —saludé en cuanto salí por la puerta de la casa y vi a Stan sentado en el borde de la acera.

—Ky —Stan se levantó al oírme y se volteó, dedicándome una amplia sonrisa—. Buenos días.