Capitulo 9

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En el piso de arriba, David miraba con indiferencia lo que sucedía abajo. Sus labios se curvaban ligeramente, mostrando una sonrisa tenue.

En ese momento se abrió la puerta de la sala privada y entró Jose, claramente buscando elogios por sus actos.

David se volteó y lo miró tranquilamente. 

José recogió su barbilla, su cuerpo se doblo ligeramente, estaba claramente nervioso. 

“Tu sentido del humor necesita mejorar un poquito” 

David dijo estas palabras con indiferencia. José claramente respiro aliviado - "Haré mi mejor esfuerzo". 

David funció el ceño y dijo: - "Continúa llevándole comida, tres veces al día, hasta que se recupere y salga del hospital por completo".

José: - "Entendido, señor".

Al atardecer, Selena no tenia palabras para la llegada de José.

Durante dos días consecutivos, gracias a los diferentes métodos de José para llevarle la comida, el semblante de la cara de Selena había mejorado notablemente. 

Incluso su estómago, que solía dolerle a menudo, no había tenido ningún tipo de dolor en estos dos días. 

Pero esta situación no podría continuar para siempre, y finalmente al mediodía del tercer día, Selena no pudo evitar quejarse por el dolor que sentía. 

José llegó como siempre, ella tomó la caja de comida con calma, luego dijo: “¿Dónde está la abuela?, prometí que pasaría tiempo con ella”. 

José reflexionó un rato y dijo: - "Le diré cuando vuelva". 

Selena asintió y le dijo: - “Ella tiene mi número, puede buscarme en cualquier momento si se siente aburrida”. 

“Esta bien” - José dejó la habitación de inmediato, listo para volver e informar a la abuela. 

Resulto que casi choca con dos personas, pero se movió rápidamente hacia un lado, evitando cualquier contacto con ellos 

Luego los miró con indiferencia, asintió cortesmente y se fue.

Rosa, apoyándose en el brazo de Héctor, miró con asombro a José mientras se alejaba 

"El acaba de salir de la habitación de mi hermana, ¿verdad? Hector, ¿quién es él?"- preguntó Rosa.

Héctor frunció ligeramente el ceño, sus ojos mostraban una emoción compleja, luego dijo con indiferencia: - "Debe ser alguien con quien la empresa ha trabajado antes. No tengo una idea clara de quién es". 

Rosa miró la figura que se alejaba, y al escuchar las palabras de Héctor, una sonrisa apareció en sus ojos: - “Entonces entremos”.

"Esta bien" - Hector asintió, abriendo la puerta de la habitación de Selena. 

Selena estaba comiendo con resignación la comida que José acababa de traerle, y al escuchar el ruido de la puerta levantó la cabeza. 

Por un momento, su rostro se paralizó, durante un instante, su respiración se detuvo.

Rosa llevaba un abrigo de color beige, su pelo rizado de color té con leche que caía sobre sus hombros, resaltando sus delicadas facciones, sus ojos brillantes, su piel suave, cada gesto revelaba una elegancia innata. 

Con esta apariencia, y su talento natural para la actuación, por eso era justamente una de las actrices más populares del país. 

En este momento, ella estaba amorosamente apoyada en el brazo de Héctor, ambos se veían increiblemente atractivos, sin duda una pareja que atraía miradas.

La caída y el rescate del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora