Amasoles.

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Hoy era un cálido día, el primero de otoño.

Las hojas de los árboles comenzaban a secarse y las flores mudaban pétalos, todas excepto unas.

Eran unas extrañas flores amarillas. El centro era de color café mientras que sus pétalos contaban con tres filas al rededor de este, su centro era delicioso y solo se encontraban disponibles en otoño.

Desgraciadamente para cierta bruja le era difícil cultivarlas, días anteriores comenzaba a intentarlo pero intuía que era el tiempo el que no la dejaba pues ya se consideraba una buena "jardinera".

Si estrés comenzó cuando al inicio del día intento cultivarlas, lo cual no sucedió. ¡Pero no se iba a rendir!, lo intentaría el día siguiente.

Y el siguiente.
También el siguiente día.
Lo intento las siguientes dos semanas.
La semana se convirtió a un mes.
Ahora dos.

Tanto tiempo para que volviera a ser el último día de otoño, estaba decepcionada de si misma por no haber logrado cultivar su flor favorita, lo peor es que ya no tendría oportunidades hasta el siguiente otoño el cuál comenzaba en doscientos noventa y siete días.

Esto se lo había comentado a su grupo de amigos conformado por Amity, Luz y Augustus. Los cuales buscaron por los distintos viveros para regalarle aunque sea una flor a su amiga como método de consolación e inspiración para no decaer a la próxima temporada.

Nada, decepcionados por no encontrar nada el mismo tiempo que Willow intento crearlas, menos lo harían en el último día de otoño pues era tradición de enamorados regalar estás flores a sus platónicos, por supuesto no hablamos de flores normales del mundo humano, hablamos de flores de las islas hirvientes, por lo que una vez regaladas las flores se demostraría que el enamoramiento del remitente era real cuando no se marchitasen en manos del destinatario.

Los tres amigos a escondidas de la ojiverde se levantaron desde temprano en este último día para poder conseguir aunque sea una flor para ella, recorrieron toda la isla hasta que antes del anochecer, Luz tuvo que regresar a su hogar por una llamada que tuvo de King advirtiendo que la dama búho estaba por quedarse sin elixir.

Paso a la tienda de posiciones por unas cuantas y a partir de ahí se sintió vigilada.

Fuera quien fuera decidió no indicarle dónde vivía, así que con el hechizo de invisibilidad pudo "perderlo".

-Si sabes que las pociones son inmunes a hechizos, ¿Verdad?- teletransportandose frente a ella, el guardia Dorado se dirigió con burla.

Soltando el aire retenido, al fin respirando; Luz salió de su camuflaje y con molestia por ser delatada gracias a los elixir. -¿Cómo iba a saberlo?- trato de seguir su camino pero una vez más el guardia Dorado se apareció frente a ella. -¿Qué quieres?, Hunter.-

El guardia Dorado se quitó su máscara pero con una pañoleta gris cubriendo aún la mitad inferior de su cara. -Terra Dragonaria informo al emperador que Augustus, Amity y tú pasaron por varios de sus viveros preguntando por plantas y ahora estás cargando una mochila llena de elixir, ¿Qué estás tramando?-

-Nada que te importe.-

-¿Y porque preguntaban por plantas teniendo una amiga miembro del aquelarre?- esa pregunta tenía doble significado.

Luz solo saco su lengua y siguió su camino, no era la primera vez que se lo encontraba y tampoco sería la última en dónde no tendrían está rutina donde lo ignoraba siguiendo su camino pues era como un "estás avisada" o un "no me importa".

-¿Todo bien con la capitana?- esa pregunta la sorprendió.

Giro a mirarlo y lo encontró con los brazos cruzados esperando una respuesta. -Todo bien con ella.-

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⏰ Última actualización: Sep 28, 2023 ⏰

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