Blue Moon

Capitulo 14.

Mantener la concentración era imposible, quería estar a su lado pero  Mihai estaba en lo cierto su primer encuentro no fue de lo mejor dejó a un lado la pintura no lograría nada decente ese día, salió al jardín se dirigió al pequeño bosque propiedad de la mansión de su familia por muchas generaciones. Luego de un par de minutos caminando llegó a un pequeño riachuelo, tomó asiento en una roca, su cabello se mecía con la invernal brisa de noviembre. A lo lejos podía apreciar un gastado puente de madera que pasaba encima del cristalino camino de agua.

—Te gustaba venir a este lugar decías que era más acogedor que el castillo de mi familia, para mí este lugar no era lo suficientemente lejos para que estuvieras segura. —Bajó la mirada  se preguntaba si era lo correcto su tiempo había pasado y, por no saber protegerla la había perdido, ahora que Amelie tenía otra oportunidad en esta época bajo el nombre de Ami Mizuno una parte de él pensaba que lo mejor era dejarle tranquila, pero otra más egoísta y posesivo quería tenerla y no volver a soltarla nunca más por toda la eternidad.

—Eres muy apuesto para ocultar tu rostro bajo el flequillo.

Esa voz le hizo alzar la mirada, los escasos rayos de sol hicieron ver sus ojos más verdes, brillantes y llamativos. No entendía como pudo acercarse tanto y él no lograse darse cuenta de nada de lo que pasaba a su alrededor eso no era normal.

No tenía ya  más dudas ese muchacho era el chico de mis sueños y delirios frente al espejo, una pregunta rondaba una y otra vez en mi cabeza ¿Por qué estaba ocurriendo eso?, para mí aquello no hacía ningún sentido yo nunca lo había visto —¿Está bien? —pregunté al sujeto que aún no decía nada solo me miraba con sus llamativos ojos verdes, por un momento pensé que cel también tenía aquellos extraños sueños donde yo era la protagonista así como me sucedía a mi con ese chico, aunque sacudí esos pensamientos pues no tenía sentido nada de lo que estaba pasando en mi cabeza.

—¿Eh...? —dijo por inercia—, si estoy bien.

—Usted no se ve muy convencido de lo que acaba de decir...

—Le acabo de decir que estoy bien señorita...

—Ami Mizuno —me adelanté a responder—, se que tú y yo no tuvimos una buena primera impresión pero mi padre me comentó que fue muy atento conmigo cuando tuve ese desmayo, así que comencemos de nuevo. —Dije extendiendo mi mano derecha pues así limaria cualquier mal entendido con él y comenzaría de nuevo.

Aceptó la mano de la peliazul, era pequeña suave y cálida, todo lo contrario a él —esta bien Zoisite Von Muntean, gusto en conocerla  señorita Mizuno, espero este bien aquel desmayo si me preocupó mucho ¿Cuál fue la causa de aquél desvanecimiento?, ¿Acaso está enferma? —cuestionaba fingiendo inocencia no estaba seguro pero tenía la vaga idea de que una pequeña parte de Ami en su vida cuando era su amada Amelie le recordaba aunque solo fuese una pequeña fracción. Al menos eso era lo que quería creer Zoisite.

Mis  mejillas se tiñeron de rosa producto de la vergüenza de recordar aquella noche —si no se preocupe quizás solo fue por el cansancio o un bajón de azúcar...

—¿Quizás? —arguyó el rubio arqueando una ceja ante la actitud despreocupada de Ami, había cosas que definitivamente no cambiaban a pesar del tiempo y Ami era igual de terca que Amelie—. ¿Le han dicho que es usted una persona muy obstinada señorita Mizuno? —hacia hasta lo imposible para no soltar una carcajada al ver la tierna expresión de la peliazul, arrugaba la nariz y sus mejillas rosadas despertaban en él esa ternura que no sabía siquiera que podía llegar a sentir de nuevo.

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Ella había insistido en ser su modelo pero del dicho al hecho era un largo recorrido, tenía una hora en esa posición. Era poco lo que había logrado avanzar por lo inquieta que era su lady líos —Amelie así no puedo seguir con tu retrato.