Capitulo 15.

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Llevaba algunos minutos acariciando la azulada y corta cabellera de Ami, Mina sabía que desde que el asqueroso de su ex novio y Kotono se habían burlado de Ami, la chica de ojos indigo ya no volvió a ser la misma sintió a Ami removerse en la noche sabía que estaba soñando eran demasiados años de amistad aunque eran como la noche y el día, eso no era impedimento para ser buenas amigas.

—Buenos días Mina —dije abriendo mis ojos, tenía algunos minutos despierta pero me gustaron las caricias en mi cabello de parte de Mínako—. ¿A qué hora llegaste? Seguramente muy tarde.

—Y como siempre tienes razón —rió por el comentario—, aunque no tan tarde como crees además conocí a un hermoso chico y me invitó hoy a una cita... ah pero tranquila que le dije que no, pero si le di mi número y dirás Mínako es un extraño pero Ami, es un extraño muy guapo.

Puse los ojos en blanco Mina no cambia, pero había algo que siempre envidiaba de ella y eso era la seguridad que mi amiga mostraba y yo no tenía, Mínako era fuerte y decidida aunque cayera siempre se ponía  de pie con más fuerza, a diferencia de mi que tuve que irme para tener un poco de paz.

—Ami.

—Si —volví a la realidad por aquel llamado—. ¿Decías algo?

—Decia que quiero que hoy tengamos un día de chicas, no estaré mucho aquí y me gustaría que estemos juntas el tiempo que me reste en Bucarest...

—Me gustaría que así fuera —me  levanté de la cama había algo que tenía días en mi mente y eso era no irme de vuelta a Japón no quería regresar no, ahora—, por mi está bien iré a darme un baño y luego tú y yo nos iremos fuera todo el día a conocer Bucarest. —Apenas entré al baño me recargue tras la puerta no fui capaz de decirle a Mínako que volver no era algo que me entusiasmase mucho.

•••

Al ver la estructura cerró los ojos con fastidio, sabía que de Ami esto se podía esperar aún así tenía esperanza, mismas esperanzas que cayeron cuando vió el enorme letrero que decía museo de historia de Rumania.

—Mina hoy tienen una exhibición muy interesante —al ver la expresión de Mínako sabía qué venir al museo no había sido la mejor idea «Ami sabes que a Mina estás cosas le aburren»—, debí escoger otro lugar Mínako bu-eno aún es temprano, si gustas podemos ir a otro lugar, algo más llamativo...

—Shu calla Ami ni loca nos moveremos de este lugar, ¿recuerdas al chico guapo que te mencioné hoy en la mañana? —inquirió sin dejar de reír con picardía—, Ami ese chico está aquí lo estoy viendo en este momento unos metros tras de tí.

—A ver... —Mina me tomó de los hombros evitando que me diera de vuelta.

—Espera debes ser sutil nos acercaremos de forma tranquila para que suene lo más natural posible; está con otros dos chicos igual de guapos, contaré hasta tres y en cuanto eso ocurra te darás la vuelta de manera discreta.

—Esta bien, está bien solo suéltame y haré lo que me dices seré discreta. —Minako soltó mis hombros en cuanto estuve libre me di la vuelta lentamente y allí vi al chico que Mina describía, su cabello plata ceniciento y ojos verdes lo hacían ver apuesto, aunque había otro chico que había llamado demasiado mi atención era aquel que hace poco había encontrado mi bufanda.

Parpadeaba repetidas veces para asegurarme que era él pero sí que era él, no podía confundirme ese peculiar color de ojos magenta nunca lo había visto en nadie más.

Mina me tomó de la mano llevándome a rastras al trío de chicos, la escuché llamar al  albino que respondía al nombre de Yaten. Mi amiga soltó mi mano y yo no supe que hacer aquel sujeto de cabello castaño me miraba como si quisiera decirme algo.

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