Maldito Dazai. Esa se la iba a cobrar y muy cara.
A la mañana siguiente entró al cuartel general de la Port Mafia a pasos agigantados. Tenía tal cara que nadie se atrevió a detenerlo. Al contrario, lo dejaban pasar. El diablo Nakahara había regresado.
Accedió a la planta donde estaba la sala del Black Lizard. Le metió tal golpe a la puerta que Hirotsu se sobresaltó. Estaba sentando en uno de los escritorios, cubierto por papeleo y acompañado por una taza de té.
— Chuuya —la sorpresa vibraba en la voz del mayor. Algo que a Chuuya no podía importarle menos. Su mente solo pensaba en una cosa: estrangular a Dazai. Daba igual si terminaba con su vida— ¿Qué te trae por aquí...?
— ¡Viejo! ¿Dónde está Dazai? —reclamó autoritario.
— ¿El señor Dazai?
Escuchar como lo trataba con tanto respeto lo molestó aún más.
— ¿Cómo puedes llamar señor a ese saco de vendajes? —preguntó con sus dientes apretados.
— El señor Dazai es un alto ejecutivo de la Port Mafia.
— ¡Cómo si es el mismo jefe! —protestó Chuuya. La paciencia se le había terminado. Sí, era aún temprano en la mañana, pero el encuentro de ayer con Dazai lo había sacado completamente de sus casillas— ¡¿Dónde está?!
— El señor Dazai se ha tomado el día libre.
— ¡¿Qué?! ¡No ha pedido uno en su vida!
Chuuya prácticamente voló hasta situarse delante del escritorio de Hirotsu. Tenía un aspecto amenazante, tanto que obligó al mayor a retirarse para crear algo de distancia entre ambos. Nadie quería estar cerca de Nakahara cuando estaba de ese humor.
— Te digo la verdad, Dazai no está.
— ¿Me tomas por tonto?
— Me tomarían a mí. Eso es lo que me han dicho, que es su día libre. Y no está por el cuartel —añadió.
Chuuya le sostuvo la mirada. No mentía. Por más que le fastidiara, parecía cierto que Dazai no estaba por allí. Maldita sanguijuela, siempre tan escurridiza. Suspiró con pesadez y miró a su alrededor. Tendría que recorrer al plan B.
. . .
Aún no entendía por qué Oda estaba en ese bar de la mala muerte, o que hacía comiendo un plato de curry a las once de la mañana. Pero esos detalles tampoco le importaban demasiado a Chuuya.
El local estaba vacío, únicamente estaban el cocinero y Sakunosuke Oda sentado en la barra. Chuuya le imitó, pero dejó varios taburetes de distancia entre ellos. Oda apenas se inmutó, a pesar que fue plenamente consciente de su llegada.
— ¿Dónde está Dazai?
No hacían falta los holas o las explicaciones. Oda y Dazai eran cercanos, ya sabría por qué había recurrido a él. De hecho, es posible que ese hombre de aspecto relajado y voz calmada fuera el único que supiera donde estaba el escurridizo de su compañero.
— No encontrarás a Dazai si él así no lo quiere —dijo antes de tomar una cucharada de la comida.
— ¡Oye! —protestó Chuuya.
El cocinero le sirvió un plato a él también, algo que no sé esperaba. Quiso negarse, pero ese hombre solo le sonreía y parecía que no admitiría una negativa. Ajeno a todas las quejas que Chuuya pudiera formular. Miró a Oda un instante, quién seguía comiendo curry tan tranquilamente. Le enfadaba que tan calmado que tan calmado llegar a ser. Sus ojos fueron sobre el plato que tenía delante, valorando si debía comerlo o no. Al final decidió catar una cucharada.
— Está bueno —dijo genuinamente sorprendido.
— Dazai dice que es demasiado picante —comentó Oda despistadamente.
Chuuya negó y probó otra cucharada. Se sorprendió de lo fino que tenía el paladar Dazai. Ese curry estaba perfecto. El cocinero rio afablemente y le agradeció el cumplido. Siguieron comiendo en silencio, hasta que Oda rompió el silencio que se creó:
— Puedes encontrarle —aquella frase captó por completo la atención de Chuuya. Estaba a punto de terminarse el curry para cuando Oda habló. Dejó la cuchara reposar encima del plato y lo miró con interés—. Él tiene una rutina. Cuesta verla, pero la tiene.
— ¿Dónde?
Oda lo miró por primera vez desde que inició la conversación.
— A las 21 en el Lupin. Lo encontrarás allí.
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¡Hola a todos! Aquí Alhena
Chuuya tiene ganas de guerra. Puede que Dazai no salga tan bien de esta ¿O puede que sí?
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Nos vamos leyendo ;)
Feliz domingo~
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Under the fireworks
RomanceTodo empezó porqué Dazai pidió aquel deseo en su cumpleaños. No imaginó que Chuuya lo haría realidad incluso después de su traición [Soukoku]