Me desperté de golpe en medio de la noche debido al tono de llamada de mi teléfono; la cama era lo suficientemente grande como para que yo perdiera el sentido de orientación, eso aunado al hecho de que me movía mucho cuando dormía, no me ayudó a encontrar rápidamente el teléfono en medio de la oscuridad.
Cuando mis manos dieron con el vibrante objeto tuve que entrecerrar los ojos para ver quién llamaba y de manera inmediata contesté al ver que se trataba de Dante.
–Es tarde. ¿qué quieres? – pregunté con la voz ronca y llena de sueño.
–¿Cómo estás? Te vas sin decir un carajo y me haces llamarte. Por supuesto que te despertaría, tonta. – me dijo de mala gana y yo me di la vuelta para recostarme contra el respaldar de la cama.
–Lo siento. ¿En qué te puedo ayudar, Dante? – pregunté cerrando los ojos para no perder el sueño, al menos eso quería creer.
–¿Qué tal la casa del viejo? ¿Es tan maravillosa como nos hace creer? – preguntó algo burlón; yo suspiré al percatarme de que en realidad todos eran así; aunque Dante no era tan malo como el resto, siempre le tenía cierto resentimiento al abuelo.
–Es... es bellísima... Incluso construyó una cabina algo más dentro del bosque, pero no he llegado a verla. – dije al pensar en el líder que padecía alguna especie de enfermedad ahí.
–Ya... ¿Hay algo interesante? – preguntó y yo ladeé la cabeza algo curiosa.
–¿Algo como qué? – pregunté con sospecha.
–Dímelo, Mia... se te oye en la voz que algo me ocultas. No se lo diré a nadie, ya lo sabes. – dijo y yo suspiré rendida mientras observaba la ventana abierta de la habitación; la cortina ondeaba ligera con el viento.
–Bueno, sí hay algo...– dije levantándome para cerrarla, no recordaba haberla abierto, pero estaba demasiado cansada como para estar segura. –El abuelo está viviendo con doce hombres. – le dije y escuché sólo silencio al otro lado.
–¿Doce hombres? ¿Cómo? No entiendo. – dijo Dante y yo reí un poco mientras miraba el bosque espeso y frío a través del vidrio de la ventana.
–Doce chicos bastante raros. – dije con el tono bajo. –Bastante guapos también. –
–Yah, no me interesa esa parte. ¿Qué hacen ahí? – preguntó y yo reí un poco.
–No estoy segura. Esperan algo para poder marcharse. – dije algo críptica, no podía revelar cosas de las que no estaba segura.
–¿Dinero? –
–No lo sé. No estoy segura, pero espero que se vayan pronto; el abuelo está cansado y creo que no le ayuda tener que cuidar de doce chicos revoltosos. – dije cuando de pronto escuché cómo le pasaban el pestillo a la puerta.
No me asusté tanto como debería y miré mi reflejo en el vidrio; una sombre que se movía y al darme la vuelta me topé de frente con los ojos bicolor de Yifan-ssi. Se acercó y se inclinó sobre mí poniendo sus manos contra el marco de la ventana.
–Bueno, puedes echarlos de ahí si tanto te preocupa, pero seguro que a muchos aquí les conviene que el viejo duerma con los peces pronto. – dijo la voz de Dante refiriéndose a todos nuestros primos que estaban deseando la herencia que dejaría el abuelo. –Sé que a ti no te interesa eso, pero deberías tener cuidado de Alix, se anda en malos pasos últimamente. – dijo y yo tragué grueso mientras le sostenía la mirada a Yifan-ssi.
–Da-Dante... c-creo q-que... t-te llamo l-luego. – dije con la voz entrecortada y temblorosa.
–¿Por qué? No te oyes bien. ¿Pasa algo? – preguntó y yo cerré los ojos cuando Yifan-ssi levantó su mano y me acarició la mejilla; aunque supuse que ese gesto debió asquearme o asustarme, en realidad me hizo estremecer de manera extraña.
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Call You Mine
Romansa–No entiendo.– dije monótonamente mientras observaba los amables ojos color miel de mi abuelo; lo notaba más cansado y debilitado desde la última vez que nos habíamos visto. –Hay cosas más grandes que nosotros mismos, Mia. A veces no entendemos lo q...