Cuando el tercer día después de aquel incidente llegó, ya no podía ocultar mi preocupación por Yifan-ssi. Tampoco habían rastros de Luhan y ya yo empezaba a imaginar lo peor; después de todo Suho-ssi había sangrado, también Kai... los había visto pelear y salir heridos así que... obviamente no eran inmortales.
De todas formas me sentía más tranquila con la mayoría de ellos en la casa; se estaban turnando para hacer patrullas en los alrededores y a la mayoría ya los había amenazado de muerte si no me decían de inmediato sobre la ubicación y el estado de salud de Yifan-ssi... Aquello parecía darles algún tipo de diversión mientras yo me encargaba de la mayor parte de las tareas de la casa.
Necesitaba ocuparme para no pensar en las muchas cosas terribles que podrían haberle pasado ya a Yifan-ssi o a Luhan. Tao parecía casi tan conmocionado como yo, pero Kai había recibido un muy mal trato y por eso no podíamos pedirle ayuda con la búsqueda.
Yo acababa de terminar de cocinar una sopa de algas que esperaba que le diera algún sustento; era más callado de lo que yo nunca imaginé y mi presencia en el cuarto no parecía encantarle, pero esa tarde Kyungsoo tenía su turno y entonces yo tendría mi oportunidad de hablarle.
Empujé la puerta suavemente con mi hombro y lo vi sentado en la cama; estaba abrazado a sus rodillas y su cabello rubio estaba enmarañado; su labio partido apenas si comenzaba a sanar, pero yo sabía que la peor herida la tenía en la espalda, del golpe que había recibido al chocar contra el árbol.
–¿Cómo te sientes? – le pregunté algo nerviosa mientras me acercaba a la cama y dejaba la bandeja sobre la mesilla de noche; él me miró y luego tomó la bandeja para comer.
–Bien. Estaré mejor en unos días y buscaré a hyeong por ti, nuna. – dijo y yo sentí que el pecho se me encogía y me senté a su lado en la cama.
–Kai... es importante que lo encontremos pronto, también a Luhan-ssi, pero... no vayas a presionarte por esto. – le dije y él tomó un bocado de la sopa e hizo una mueca. –Lo siento, no soy Kyungsoo. – dije avergonzada y él sonrió.
–No, no lo eres, pero de verdad tengo hambre. – dijo simpático y luego me miró. –Te lo debo de todas formas, nuna. Nunca me disculpé apropiadamente por lo que te hice. – dijo y le negué rápidamente.
–Está bien. Salvaste mi vida hace tres días. – le dije y él me miró de nuevo.
–Parecías feliz de verme en ese momento. – dijo y ladeé la cabeza sin comprenderlo.
–Obviamente estaba feliz de verte. – le dije y él negó con una pequeña y serena sonrisa.
–Es más que sólo sentir alivio de que hubiera llegado a tiempo para salvarte, nuna. Fue como si de verdad me quisieras ahí y a ningún otro. Es sólo que hace mucho, muchísimo tiempo que nadie se alegraba de esa forma al verme. – dijo y su mirada me volvió a partir el pecho.
–Kai, tienes amigos que te adoran. ¿Cómo puedes decir eso? – le increpé con algo de molestia.
–Sé que ellos se alegrarían de verme en cualquier momento, nuna. Digo que... me llevó mucho tiempo obtener su confianza y no planeaba volver a pelear por una cosa como esa, pero contigo es diferente. Tú realmente nos estimas...– dijo y yo asentí.
–Lo hago y mucho. Y no puedo explicar por qué, Kai. No me lo preguntes. – le dije y bajé la mirada.
–No pensaba hacerlo, no me importa la razón. – dijo encogiéndose de hombros y eso me hizo sonreír; le desordené el cabello afectuosamente y lo vi mirarme con sorpresa.
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Call You Mine
Romantizm–No entiendo.– dije monótonamente mientras observaba los amables ojos color miel de mi abuelo; lo notaba más cansado y debilitado desde la última vez que nos habíamos visto. –Hay cosas más grandes que nosotros mismos, Mia. A veces no entendemos lo q...