Adiós 1er año

103 14 0
                                    


Los exámenes fueron complicados. Pero no en lo referente a los temas, hacía demasiado calor, en especial en el aula grande donde se examinaban por escrito. Les habían entregado plumas nuevas, especiales, que habían sido hechizadas con un encantamiento antitrampa. También tenían exámenes prácticos. El profesor Flitwick los llamó uno a uno al aula, para ver si podían hacer que una piña bailara claqué encima del escritorio. La profesora McGonagall los observó mientras convertían un ratón en una caja de rapé. Ganaban puntos las cajas más bonitas, pero los perdían si tenían bigotes. Snape los puso nerviosos a todos, respirando sobre sus nucas mientras trataban de recordar cómo hacer una poción para olvidar. Leah lo hizo todo lo mejor que pudo, había estado estudiando todos los días hasta los exámenes junto a Tracey y Daphne.

El último examen era Historia de la Magia. Una hora respondiendo preguntas sobre viejos magos chiflados que habían inventado calderos que revolvían su contenido, y estarían libres, libres durante toda una maravillosa semana, hasta que recibieran los resultados de los exámenes. Cuando el fantasma del profesor Binns les dijo que dejaran sus plumas y enrollaran sus pergaminos, Leah no pudo dejar de celebrar con todos.

—Esto ha sido mucho más fácil de lo que pensé —dijo Tracey, cuando se reunieron con los demás en el parque soleado—. No necesitaba haber estudiado el Código de Conducta de los Hombres Lobo de 1637 o el levantamiento de Elfrico el Vehemente.

A Tracey siempre le gustaba volver a repetir los exámenes, Daphne estaba muy callada, había estudiado demasiado y estaba angustiada porque no le había parecido igual de fácil que a Tracey. Las tres fueron hacia el lago y se dejaron caer bajo un árbol. Los gemelos Weasley y Lee Jordan se dedicaban a pinchar los tentáculos de un calamar gigante que tomaba el sol en la orilla.

—Basta de repasos —suspiró aliviada Tracey, estirándose en la hierba—. Puedes alegrarte un poco, Daphne, aún falta una semana para que sepamos lo increíble que nos fue, no hace falta preocuparse ahora.

–¿Como haces que luzca tan sencillo? — respondió Daphne — A veces me siento una estupida a tu lado.

—Oye, tu no eres...

Tracey fue interrumpida por las risas y gritos de dos pelirrojos, quienes se posicionaron justo al frente del trio de chicas, riendo sin parar.

—Discúlpennos señoritas — dijo George— pero nos vamos a robar a su amiga un momento.

Ni siquiera tuvieron tiempo de responder cuando ambos gemelos ya habían tomado a Leah de la mano y la conducían hacia el otro lado del lago. Leah les preguntaba a los gemelos el porque de su secuestro, pero ellos solo respondían con risas y murmullos. Pronto dejaron de correr, cuando a Leah ya le estaba faltando el aire gracias al sofocante calor.

—¿Y bien? ¿Que es eso tan importante?— preguntó Leah.

—Queremos que vengas unas semanas de las vacaciones a la madriguera.

—Ya hablamos con mamá, está de acuerdo.

———

Pronto llegó la fiesta de fin de curso. El Gran Comedor estaba repleto. Estaba decorado con los colores de Slytherin, verde y plata, para celebrar el triunfo de la casa al ganar la copa durante siete años seguidos. Un gran estandarte, que cubría la pared detrás de la mesa de los profesores, mostraba la serpiente de Slytherin. Todos los amigos de Leah estaban celebrando, muy contentos por haberse llevado el premio. Leah volteaba se vez en cuando a restregarles su triunfo a Fred y George, quienes la miraban serios, probablemente planeando una vénganla para cuando ella fuera a la madriguera.

De pronto Harry entró al Gran Comedor y se produjo un súbito murmullo, todos comenzaron a hablar al mismo tiempo. Se deslizó en una silla en la mesa de Gryffindor, y todos se ponían de pie para mirarlo. Dumbledore llegó unos momentos después. Las conversaciones cesaron.

Malfoy is synonymous with idiotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora