Epilogo

4.3K 214 23
                                    


Cade resistió el impulso de levantarse y exigir que vieran a Tessa enseguida. Ella lo agarró del brazo y sacudió la cabeza en señal de advertencia, con preocupación en sus ojos verdes. —Quieto, ya nos llamarán.

—Están tardando mucho, — dijo nervioso justo cuando la recepcionista se acercaba a Tessa.

—Señorita Cooper, siento hacerla esperar, pero el doctor llega tarde.

Debería estar aquí en cinco minutos.Tessa sonrió y le dio las gracias a la chica de gafas rojas, sonriéndole a

Cade. —¿Ves? Te lo dije.

Cade le echó el brazo por los hombros, sin querer que se pusiera nerviosa al proyectar en ella su ansiedad. —Tienes razón.

—Pues claro que la tengo, — susurró, acariciándole la mano mientras reía.

Se recostó en el cómodo sofá de cuero del hospital. —Ojalá hubiéramos venido antes.—Entonces no deberías haber organizado una luna de miel por el bebé.

No me fiaba de los hospitales en un país extranjero.

Cade suspiró, mirando su reloj mientras un hombre alto y negro con traje gris pasó por el vestíbulo, observándolos de reojo antes de entrar en la consulta del médico.

La recepcionista se dirigió rápidamente hacia ellos, y Cade se puso de pie detrás de Tessa, sintiendo que se le revolvía el estómago. Tessa se detuvo.

—¿Qué? Venga— Le agarró la mano.

—Lo siento. Sé que tú eres la que está embarazada, pero me vuelvo muy paranoico.

Tessa se rio y tomó su mano. —Todo irá bien, lo sé. Este bebé está destinado a nacer. Va a ser perfecto.

Entraron de la mano en la consulta del médico y las últimas cuatro semanas atravesaron la mente de Cade como una droga estimulante. Habían pasado solo cuatro semanas desde que le había pedido matrimonio a Tessa y su vida se había convertido en un auténtico sueño.

Su casa estaba llena de vida y risas, y habían ido al extranjero de viaje durante tres semanas para que Tessa se relajara y pudieran hacer el amor todo lo que quisieran bajo el cielo apacible.

La playa privada había sido el escenario perfecto para pasar tiempo juntos. Mientras Steven construía castillos de arena, Tessa y él hablaban sobre el futuro, el bebé y la boda.

Los trillizos del multimillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora