Argumento

290 48 5
                                    

Hoy decido que será el día en que reclame a Velkan Albu como mi compañero eterno, hoy dejaré por fin esta soledad que corrompe mi alma.

Esto de alguna manera no es sencillo para mí, ya que sigo algo confundido y molesto, el es hombre, si bien es muy bonito no puedo dejar de pensar que tendré que follármelo por el culo, y que no habrá voluptuosos y suaves pechos para acariciar, eso me llena de decepción pues está muy comprobado que no pude levantarla con una mujer, sin embargo estoy seguro de que él es mi compañero eterno y que me he excitado al pensar en él, en su pecho plano y su trasero de durazno.
Con paso firme avanzo por el pasillo que me lleva directamente hasta nuestras habitaciones.
Mis padres tan considerados como siempre se ha retirado, argumentando que necesitan visitar a mi tío, el legendario Dragos Lupei, un anciano entre los vejestorios, estoy seguro de que conoció a Adán en el jardín del Edén en dónde mi tío era la única serpiente ahí.
Sé de la nada sutil estrategia de mira padres y estoy agradecido porque sería incómodo hacerlos escuchar como voy a enlazar a Velkan Albu, claro que también los he escuchado y es es la razón por la que hubiera querido devolverles el favor.

Entro a la habitación de ese chiquillo que duerme tan despreocupado. Observo su semblante tan apacible, tan en paz que me dan ganas de matarlo.

De alguna manera lo odio, lo odio por ser hombre, lo odio por ser menor de edad, lo odio por ser tan precioso, lo odio porque no parece resistirse a lo que inminentemente vendrá, y su sangre es tan aromática, la escucho cantar hacia su camino al corazón, que se me hace agua la boca.

Bajo un poco sus sábanas y observo que trae un pijama muy lindo, pero en su níveo pecho logro notar algunas cicatrices, no soy tan ignorante, el chico lo ha pasado muy mal.

Lo despierto con un sacudón nada amable ya que siento la urgencia en mí, pronto cuando lo transforme, sus horas de sueño se verán alteradas, adaptándose a nuestros horarios.

El podrá comer su comida habitual pero deseará mi sangre y por consiguiente mi cuerpo.

-Hey chiquillo despierta... Es de noche ya y hoy te reclamaré como mi consorte.

El se arrebuja en las sábanas, como un niño que tiene mucha pereza, y es demasiado adorable como para que me sienta verdaderamente enfadado con él. -Despierta, es hora de que cenes, trato de que mi vida suene más amable.

La plática con Lohana mi madre lo dejó exhausto, puedo ver en las tenues bolsas debajo de sus expresivos ojos.

-Perdón, es que estaba muy cansado, dice el chico despertando por fin.

Sin contemplaciones lo jalo violentamente del brazo obligándolo a incorporarse.

-Vamos sanguijuela, muévete.

El se queja por el dolor que le producen mis movimientos bruscos, soy un idiota lo sé, pero en serio esto me está costando mucho.

Mientras nos movemos unos centímetros lo observo, sus mejillas sonrosadas, sus labios rojos, su cabello desordenado, es malditamente erótico y no se da cuenta, ni lo hace a propósito como muchas chicas y chicos que he conocido.

No logro contener mis impulsos ante esa visión y salto sobre él, quien asombrado solo atina a observarme. -¿No gritaras como virgen asustada?, le pregunto de manera muy cínica mientras mi rostro se acerca a su delgado cuello el cual aspiro como si fuera una línea de coca.

Velkan solo me mira con aquellos ojos verdes, su semblante se muestra asombrado, pero no hay miedo ahí, ya no.
-No tengo miedo, responde confirmando muy seguro, despacio abre los primeros botones de su pijama, dejando expuesto de esa manera su hermoso cuello y su plano pecho.

Alcanzo a ver un par de bellos pezones rosas, los cuales hacen que mi entrepierna reaccione, mi verga está dura, mis pelotas se aprietan.

Lo tomo por la nuca hasta acercarlo a mí, sin necesidad de ejercer manipulación, él se ha ofrecido voluntariamente.

Mientras le susurro, -hoy te robaré todo lo que tienes, hoy serás mío, hoy terminaras con mi sufrimiento y yo aliviaré el tuyo. Con mi dedo índice acaricio su mandíbula, y bajo tomando con una mano su pecho.

El chico respira agitado, pero por su semblante puedo ver que esta consciente de lo que viene.

Ya no puedo más, hinco mis colmillos los cuales crecen para poder penetrar esa piel, mientras mis dientes desgarran lo demás, haciendo un agarre perfecto del cual este niño no puede escapar.

Velkan se aferra a mis brazos y lo escucho gemir... -Due... Duele de la puta madre.

Algunas de sus lagrimas logran mojar mi pecho.

Mis manos lo recorren reconociéndolo, memorizado cada parte que puedo alcanzar.

El ritual y la transformación han comenzado.

Balada Para Un Amor ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora