20: ¿Matthew?

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=NARRADORA=

Bill observó como su gemelo subía con una sonrisa maldadosa y pícara, inmediatamente supo lo que estaba a punto de pasar y abrió los ojos de par en par.

Hizo una mueca de asco y se apresuró en salir de la casa, esperando no escuchar los sonidos obscenos que estaban a punto de sonar por toda la casa.

Era tarde y no sabía a donde dirigirse pero estaba seguro que cualquier lugar era mejor que quedarse ahí.

(...)

Cerró la puerta tras él mientras acomodaba levemente su playera y volteo hacía la chica que miraba por la ventana esperando no mirarlo.

Caminó con lentitud hasta el centro de la habitación y se detuvo un pequeño momento para poder observar con determinación a la chica pocos metros lejos de él.

Miró con lentitud todo su cuerpo, sus caderas, su cintura y los atributos que tenía, e incluso aunque no los tuviera, él seguiría muriéndose por ella.

Sintió como en su pantalón comenzaba a notarse el bulto que sus pensamientos estaban provocando.

Se acercó a ella sin apartar su vista de su cuerpo, relamiendo sus labios.

Al llegar la abrazo por detrás rozando descaradamente sus genitales con su redondo y enorme trasero que lo tenía loco.

--Suéltame-- demandó.

--Me encanta cuando estas enojada-- susurró mordiendo levemente el lóbulo de su oreja.

A pesar de sus insistencias la menor siguió ignorando a su pareja, quien suplicaba por un poco de atención para saber exactamente que era lo que la tenía tan enojada.

--Bueno, entonces supongo que no te gusta que haga esto, ¿No?

Suavemente y con lentitud introdujo su mano dentro del pantalón de la chica tocando con suavidad su intimidad y jugando con su braga.

La menor ser retorció sintiendo el tacto lento del de trenzas.

--Tom, basta, estoy demasiado enojada contigo-- demandó.

Ahora siendo él quien la ignoraba siguió tocándola observando como esta se retorcía cuando este frotaba levemente su clítoris.

Los jadeos y la respiración agitada en ambos, no tardó en hacerse presente inundando la habitación.

La chica tomo la mano del mayor haciendo que parara.

Tomo unos segundos para recuperar el aliento e intentar calmar los nervios y las ganas de seguir que se estaban apoderando de ella.

--¿No me entiendes? Estoy enojada-- reclamó con un tono mucho, mucho más serio que antes.

--Bonita, estoy tratando de saber lo que ocurre pero te niegas a decirlo.

Sin poder seguir aguantando, la menor volteo, quedando frente a frente de su mayor, sintiendo como su respiración chocaba contra sus labios.

Se mantuvo en esa posición por unos segundos, disfrutando, pero a la vez reteniendo sus ganas de besarlo apasionadamente.

Se acerco lentamente a sus labios y rozó estos con los suyos, observando como él abría sus labios esperando los de ella.

Pero al estar enojada, no le iba a permitir tan fácilmente el llenar sus antojos.

Cerró sus ojos con lentitud sintiendo como el mayor introducía su lengua en su boca, generando en ellos un beso en el que sus almas conectaban, más allá de lo sexual.

𝐓𝐫𝐚𝐢𝐭𝐨𝐫 𝐀𝐧𝐠𝐞𝐥 • 𝓣𝓸𝓶 𝓚𝓪𝓾𝓵𝓲𝓽𝔃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora