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Es lunes a la mañana. Como de costumbre, Mariana y Emilia se encuentran en la puerta del gimnasio al que van de seguido a hacer ejercicio.
Ambas entran y después de dejar sus cosas se dirigen a la zona de pesas.

Mariana: EMILIA, EMILIA, EMILIA

De pronto alguien la empuja bruscamente. Un hombre musculado sujeta la barra con pesas a los lados que Lali sostiene sobre su cabeza.

Lali: Gracias
Emilia: ¡Lali! Perdón. Perdoname estaba en otra. Dios, que tarada soy. Gracias

Lali, agitada por el susto se sienta rápidamente.

Lali: Muchas gracias
X: De nada. Tengan más cuidado, podrías haberte lastimado enserio. Deberías bajarle un poco el peso
Lali: Sobre todo si tengo una compañera como la que tengo
Emi: Bueno, perdón, me distraje un segundo
X: Hay que estar más atenta en este tipo de ejercicios

El chico deja la barra en su lugar y se aleja de ellas.

Mariana: ¿Qué te pasa? Estás rara desde que nos encontramos en la puerta
Emi: Lali, por favor, solo me colgué un segundo. Hacele caso al pibe ese y bajale peso a la barra

Ofendida, Lali la agarra de la muñeca.

Mariana: Mirá no sé en qué andas, pero bajá un cambio conmigo. Te lo estoy preguntando porque me preocupás. Pero está bien, no me querés contar
Emi: No es nada importante. Dormí muy mal. Fue un fin de semana raro. Vos deberías saberlo, ¿te recuerdo que terminaste con Peter en la cama?
Mariana: Para mí debe ser Mercurio retrógrado o algo así. Luna llena. No sé
Emi: No tengo idea, pero que pase rápido por favor
Mariana: ¿Por qué? ¿A vos qué te pasó?
Emi: Que NO me pasó...

Mariana arquea las cejas esperando que le cuente, pero en lugar de eso Emilia desbloquea su celular y baja la mirada a la pantalla. Nicolás le acaba de escribir para felicitarle el cumpleaños.

Emi: No paro de recibir notificaciones de gente que ni idea, felicitandome
Mariana: Y sí, como todos los años
Emi: ...sí...sí, claro

Bloquea el celular y lo guarda.

Emi: ¿De qué hablábamos?
Mariana: Mm me preocupás mucho Attias, siento que estás en algo raro
Emi: ¿Algo raro? ¿Yo?
Mariana: Como tu asistente que soy, te pido que me dejes tu celular
Emi: No te pases de la raya. Sos mi asistente, no mi mamá
Mariana: Dame el celular

Emilia sale corriendo. Lali la persigue esquivando a la gente y las máquinas de hacer ejercicio.

Emi: Okey, okey basta. Me rindo. ¿Querés saber? Me comí a un tipo
Mariana: Naaa
Emi: Sí y me escribió recién
Mariana: ¿Qué te escribió? Me muero ¡¡dejame leer!!
Emi: Pará. No
Mariana: ¿Quién es? Dale yo te conté lo de Peter
Emi: Un...alguien...un pibe
Mariana: Ya te entendí, pero ¿qué pibe?
Emi: ¿Qué importa eso? Uno cualquiera

Lali asiente.

Mariana: Uno cualquiera, claro
Emi; No lo conocés. Estaba en la fiesta, pero era amigo del amigo del amigo ¿entendés?
Mariana: ¿Y cuándo te lo chapaste? No entiendo
Emi: Ay Mariana, obvio que en la fiesta
Mariana: No te vi besarte con nadie que no sea Roger. A veces dudo de que juegue para su mismo equipo...bueno, no importa, no me cambies de tema
Emi: Lo besé al final de la fiesta creo. No me acuerdo mucho. Es un recuerdo medio borroso
Mariana: Ajam. No me dijiste nada ayer cuando hablamos
Emi: Porque no me acordaba. Pero cuando cortamos, me escribió por Instagram para preguntarme cómo estaba con la resaca. Nos pusimos a hablar, me mandó unas selfies que nos habíamos hecho y me contó que chapamos
Mariana: Amor, te conozco como si fuese tu madre. Pusiste tu voz de actriz. Es una voz rara que hacés como cuando actuás o hacés videos de canje o entrevistas en tv
Emi: ¿Qué voz? Te debe parecer, hablo normal
Mariana: Me pone de mal humor que seas tan vueltera y que no me quieras contar las cosas. Sólo por eso no voy a insistir, pero quiero que sepas que me decepcionaste. Yo siempre te conté todo incluso cuando no me preguntaste

La ciudad de las lucesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora